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miércoles, 8 de marzo de 2017

Lugares en plena naturaleza (Provincia de Toledo) - Un lugar para perderse... (Parte III)





ARQUITECTURA POPULAR

La arquitectura popular constituye un patrimonio comunitario que diversas generaciones, ya desde tiempos lejanos, han ido creando a partir de sus necesidades, de los materiales con los que contaban en sus medios respectivos y de las peculiaridades del paisaje que les tocó en suerte para vivir.

Y, a partir de las necesidades y de los medios disponibles, ha ido surgiendo un modo de belleza creado por el pueblo, por nuestros campesinos, que nos habla a la vez de ese sentido estético que se aloja en el ser humano y que éste expresa a través de materiales tan heterogéneos como el adobe, el tapial, la paja, los entramados de ramas, la madera, el hierro o la piedra, en una combinación de los mismos que conjuga lo práctico con lo bello, aunque siempre nos encontremos con una belleza sobria, que surge como resultado de la labor del hombre en su lugar y en su tiempo.


El paisaje es un bien natural, pero constituye también un bien cultural. De ahí que esa configuración de los entornos de nuestros pueblos tenga que ser respetada: los regueros, las presas de agua, los sotos y arboledas, las callejas, los bosquecillos, las líneas horizontales y tan sobrias de los páramos, las cortinas de sembradura con sus paredes, las hileras de alisos o de chopos junto a los ríos, las callejas umbrías...



Casas de piedra, tejas y cal...






Puertas de madera y piedra...





Fuentes de piedra...






 Pajares de piedra, teja y adobe...



Un pajar es una construcción dedicada exclusivamente al almacenamiento de la paja. Suelen ubicarse los pajares a las afueras de los núcleos rurales (generalmente cercanos a las eras) y de camino a las zonas de estabulación del ganado, existiendo casos en los que se incluyen entre las viviendas. Los pajares son edificaciones que evitan las zonas húmedas, o los vientos, intentando que se conserve seca la paja en el interior.
Forman parte de los elementos constructivos de la arquitectura popular. Se construían fundamentalmente de tapial pero con el zócalo de piedra para aislar la construcción de los efectos perniciosos de la humedad.
Su almacenamiento permite que pueda ser empleada posteriormente, tanto en la alimentación del ganado de labor (mezclado con los piensos), como en el acondicionamiento de los establos (estabulación). Los sobrantes de este doble uso ganadero genera abono y compost, que finalmente se re-emplea en la siembra del año siguiente, cerrando de esta forma el ciclo agrícola.








Molinos de agua (entre piedras, riachuelos y bosques de árboles...)



Paredes de piedras...





Naturaleza y vida...












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