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lunes, 9 de agosto de 2021

Castro de la Cabeza del Oso (Supuesto Santuario Rupestre) - Castro Vetón en "El Real de San Vicente" (Toledo)

 
En la cumbre de este espectacular cerro, antaño ocupado por un castro vetón, existen unos curiosos grabados considerados hasta este momento como un altar o santuario rupestre, pero que, como se va a ver en este estudio, nada tienen que ver con protohistóricas actividades mágico-rituales y sí con otras contemporáneas, propias de trabajos de topografía, destinadas al levantamiento del plano de España de escala 1/50.000 que tuvieron lugar en el último tercio del siglo XIX y los primeros años del siglo XX.  
 

Cumbre del cerro de la Cabeza del Oso donde se encuentra el supuesto santuario rupestre. En concreto se trata de cuatro grabados, tres de ellos formando grupo, situados en lo más alto del cerro junto a un moderno Vértice geodésico.
 
Cuadrilátero. El primero de ellos y el más notorio, consiste en un cuadrilátero de 0,3 m. de lado, profundamente insculpido en la aplanada roca, con sus lados orientados a los Puntos Cardinales con un hoyo de 6 cm. de diámetro en su centro. Dentro de la figura, algo desplazado hacia el oeste, existe otro grabado parecido a un incompleto escudo.
 


Cuadrilátero
Tres grupos de petroglifos de aspecto antropomorfo. En torno a la anterior figura, entre los dos y los cinco metros de distancia, se encuentran tres grupos de figuras cuyo aspecto antropomorfo hizo que se confundieran con petroglifos pertenecientes al Bronce.El primero de estos grupos de petroglifos se halla sobre otra roca algo más elevada que la del cuadrilátero, situada 2,7 m. al sur de este y consiste en dos relieves, de claro aspecto antropomorfo, situados uno al costado del otro, con sus ejes mayores en dirección Este-Oeste. Aún se aprecia en este grupo de grabados un pequeño trazo horizontal situado en la parte alta de la figura más oriental. Situados a distinta altura, miden 18-20 cm. de alto, 13-16 de envergadura y 1-2 de anchura y profundidad las incisiones. 
Pareja de supuestos antropomorfos.
 
 
 El segundo grupo de supuestos antropomorfos se encuentra 3,4 m. al oeste del cuadrilátero, pegado al hito geodésico: tres grabados, similares a las anteriores, alineados en dirección Norte-Sur. Sus dimensiones, salvo el situado más al norte de menor tamaño, son prácticamente idénticas a las anteriores, 20x16 cm., alto-ancho para ambos, pero en cuanto a sus características, se observan algunas diferencias pues, además de ser tres las figuras, una presenta menor tamaño, los brazos superiores se encuentran más abiertos, y la central ofrece cierta sensación de movimiento pues su trazo vertical se encuentra curiosamente torsionado.

 
Trío de supuestos antropomorfos, uno de menor tamaño. El tercer grupo de figuras, supuestamente antropomorfas, y el más alejado del cuadrilátero, se encuentra sobre una roca situada 4,5 m. al noroeste del cuadrilátero: tres figuras, una casi perdida, del mismo tamaño y características que las anteriores, alineadas en dirección Este-Oeste.

Segundo trío de supuestos antropomorfos Significado. Vistas las figuras, J.C. arqueólogo de la Diputación Provincial de Toledo, me informó en su día, que la figura cuadrada bien podría tratarse de un símbolo de definición del territorio circundante, una especie de puntos cardinales o líneas de localización de determinados elementos de interés.
 

Otra posibilidad apuntada por J.C. sobre la funcionalidad del cuadrilátero es que se trate de una especie de sello de propiedad de los terrenos circundantes pues petroglifos similares a éste han aparecido en lugares relativamente próximos caso, por ejemplo, del existente en el cerro de Castrejón, en Aldeanueva de San Bartolomé.
 
Los otros tres grupos de grabados parecía claro que se trataban de antropomorfos típicos del Bronce.
El antropólogo, Luis Benito del Rey, experto en estas cuestiones, opina que estos cuadriláteros podrían representar a una divinidad, la Tierra seguramente o, lo que es lo mismo, a la Madre Naturaleza. En el mismo sentido se pronunció mi compañero, José María de Vicente.
 
Yo llegué a pensar, partiendo de la premisa de que el cuadrilátero podría representar a una deidad, y los otros grabados grupos de antropomorfos, que el conjunto de petroglifos podrían representar el ciclo vital de la reproducción humana teniendo a la Tierra por testigo.
Distribución grabados Cabeza del Oso .
 

CONCLUSIONES
Terminada la investigación sobre todos estos “extraños”, anagramas, he llegado a las siguientes conclusiones:
 
En cumplimiento de las instrucciones del referido manual “Instrucciones para los trabajos topográficos”, para el levantamiento del plano topográfico de escala 1/50.000, y el deslinde de los términos municipales, el personal del Instituto Geográfico y Estadístico, entre el último tercio del siglo XIX y el primero del XX, realizó una ingente cantidad de marcas en puntos dominantes del terreno y en edificios notables (muchos de ellos religiosos) que, pese al poco tiempo transcurrido, han quedado en el olvido.
 
Conocido el tipo de marcas que el referido manual ordena realizar y las que realmente se observan en el terreno se comprueba que los topógrafos realizaron su trabajo con cierta anarquía realizando cuadriláteros o círculos cuando debían ser triángulos o rectángulos, realizando las figuras de distinto tamaños, permitiéndose añadidos discrecionales, omitiendo letras que debían acompañar a las figuras o situándolas en posiciones distintas a las que debían tener, etc.
Las características de estas marcas, la forma en que han aparecido (aisladas o formando conjunto), y los lugares donde se encuentran, ha dado lugar y lo seguirá dando, a que sean interpretadas como petroglifos mágico-rituales pertenecientes a distintas épocas (del Cobre a la Edad Moderna, generalmente).
 
Sin ninguna duda, todos los símbolos (cuadriláteros, rectángulos y círculos acompañados o no de una o más letras, N. T. generalmente) que han encontrado en las puertas de los templos españoles que se han referido, son consecuencia de las labores de “nivelación topográfica” de precisión realizadas entre el último tercio del siglo XIX y el primero del siglo XX, determinando la figura, el punto exacto donde se situó el instrumento denominado mira. 
 
 
Antiguos instrumentos de mediciones topográficas. La mira es lo de la derecha.Los petroglifos (cuadriláteros, generalmente, con un hoyo en su centro), que solos o acompañados de determinadas letras (T o L, generalmente, situadas a menos de veinte metros de ellos), se encuentran en lo alto de cerros o puntos dominantes algunos de los cuales han venido gozando de la consideración de santuarios rupestres o asimilados, caso de estos del cerro de la Cabeza del Oso, deben ser revisados pues la mayor parte de ellos se corresponden con las referidas marcas topográficas de identificación de los viejos vértices topográficos.
 

FUENTES CONSULTADAS
 
http://marianoserna-rastrosagrado.blogspot.com.es/
https://es.paperblog.com/santuario-rupestre-de-la-cabeza-del-oso-en-el-real-de-san-vicente-2867398/


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