Los árboles son un regalo que nos da la naturaleza...
Pero a pesar de todos los beneficios que obtenemos de ellos, los sembramos de muerte...
Y nadie va en su ayuda....
¡Nadie!
Árboles centenarios, que habéis visto pasar la historia de la vida, de la naturaleza y del hombre...
Callados y sumisos, habéis resistido al abandono, al deterioro, a la sequía y a la violencia...
¡Cuánto bien hacéis...!
¡Y que castigo "perpetuo" nace con vuestra semilla....!
Aquel arroyo seco de mi pueblo, que apenas aflora y respira...
Aquel que ha visto "menguarse" año tras año...
Quien concede la vida y a veces la quita....
Aquel arroyo de mi pueblo....
Se va perdiendo el campo...
El tiempo lo destroza...
Y no nos paramos a pensar que....
...después qué tendremos....
Secos y abandonados se van muriendo...
¡Cuántas veces he visto caer la tarde, y llegar la noche... subido a "Los Cantos Gordos"!
Y sin apenas darnos cuenta...
Las farolas se iban encendiendo, y dibujaban en la oscuridad, la silueta del pueblo...
Y después ver como aparecían tímidamente las estrellas, esas que nunca lograba ver en la ciudad...
Hay en la Sierra de San Vicente, una pequeña caseta de piedras y ladrillos, con una chimenea y unos bancos...
Un refugio para el frío, las tormentas y el calor "abrasante"...
Y me hace recordar...
Me hace recordar, que fui un niño que iba a casa de su abuela, que también tenía una chimenea que siempre estaba encendida en invierno...
Ese calor de abuela....
...y ese calor de la chimenea....
Nunca podré olvidar los paisajes de mi sierra...
Sus rincones, árboles, vegetación, cantos, caminos, su cielo azul y fuentes...
Y cuando deje esta tierra perdida...
Siempre recordaré con nostalgia....
Que hubo una vez, un tiempo, un lugar.....
En donde todo era mágico y bonito....
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