PROVINCIA DE TOLEDO
Introducción
Hoy, la magia de dar movimiento a esas imágenes nos permite asomarnos a un pasado que creíamos inmóvil. Como si el tiempo, por un segundo, nos dejara volver a estar allí: en una plaza de la provincia de Toledo, en un patio lleno de verano, en una fiesta de pueblo donde resonaban risas que creíamos olvidadas.
Son pequeños milagros modernos que despiertan grandes nostalgias antiguas. Porque cada foto que vuelve a moverse no solo revive un recuerdo… revive una parte de nosotros.
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El abuelo Pedro dio cuerda a su viejo reloj de pared con una suavidad casi ceremonial. Cada giro era un latido más de un corazón que ya apenas respondía. Sabía que sería la última vez. El tic-tac se encendió débilmente, como si también el reloj entendiera que su tiempo llegaba a su fin.
Se puso el abrigo, tomó el reloj entre las manos —aquellas manos que habían cargado hijos, herramientas, historias— y salió rumbo a Los Cantos Gordos. Hacía décadas que no caminaba hasta aquellas rocas, donde de joven se reunía con sus amigos para hablar del futuro con la insolencia alegre de quien cree tener todo el tiempo del mundo.
Al llegar, el viento le trajo risas que ya solo vivían en su memoria. Dejó el reloj sobre la roca más grande y lo acarició, como se despide uno de un viejo compañero.
Se puso el abrigo, tomó el reloj entre las manos —aquellas manos que habían cargado hijos, herramientas, historias— y salió rumbo a Los Cantos Gordos. Hacía décadas que no caminaba hasta aquellas rocas, donde de joven se reunía con sus amigos para hablar del futuro con la insolencia alegre de quien cree tener todo el tiempo del mundo.
Al llegar, el viento le trajo risas que ya solo vivían en su memoria. Dejó el reloj sobre la roca más grande y lo acarició, como se despide uno de un viejo compañero.
En el bajo de una vieja casa toledana, donde el frescor de la piedra vence al verano, se esconde una humilde bodega que huele a historia.
Allí reposan tinajas centenarias, ovaladas (*) y silenciosas, como gigantes de barro que han visto pasar generaciones. El aroma del vino—dulce, terroso, profundo—se adhiere a las paredes encaladas y llena el aire de un sosiego antiguo.
Cada gota guardada en aquel rincón parece contar un secreto, una vendimia, una celebración. Y mientras la luz entra tímida por una pequeña ventana, la bodega sigue siendo el corazón oculto de la casa: un refugio de tradición donde el tiempo no corre, sino que madura.
(*)
Las tinajas de vino antiguas suelen tener una forma ovalada y panzuda, más ancha por el centro que por la boca y el fondo, que son más estrechos. Son grandes recipientes de barro, sin asas, diseñados para almacenar y fermentar el vino.
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@david.m.r31
TALAVERA
(POSTALES)
Sobre la tierra húmeda de la Sierra de San Vicente,
un charco guarda el cielo, quieto y transparente.
Y junto a él reposan, como sueños extendidos,
postales de Talavera, recuerdos compartidos.
Brillan sus colores sobre el suelo aún mojado,
como si el agua quisiera abrazar lo que ha pasado,
puentes, torres y plazas dormidos en cartón,
esperando que el viento les despierte la voz.
La lluvia, cómplice, acaricia cada esquina,
mientras la sierra susurra historias que no se olvidan.
Talavera y su memoria viajan sin destino fijo,
flotando entre charcos, tiempo y caminos.
Y así, en silencio, la imagen se convierte en poema:
la ciudad en la mano, la sierra que la contempla.
Dos tierras hermanas unidas por un instante,
donde el agua hace eterno lo que era solo un instante.
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@david.m.r31
PUY DU FOU
Desde su gran estreno, con el espectáculo nocturno "El Sueño de Toledo", el parque se ha convertido en un referente cultural. Allí, más de 200 actores reviven 1.500 años de historia: visigodos, caballeros medievales, la Reconquista, el Siglo de Oro… todo pasa ante los ojos del público con una espectacularidad digna de las más ambiciosas puestas en escena.
Pero la magia de Puy du Fou no termina cuando llega la noche. En sus 30 hectáreas —rodeadas por la naturaleza de Toledo— se desarrollan ocho espectáculos durante el día, acompañados por cinco poblados históricos, donde artesanos, jinetes, aves y cientos de trajes cuentan pequeñas historias vivas.
Es admirable cómo este parque ha sabido conjugar la ambición artística con el rigor histórico: más de 300 actores, 50 caballos, 200 aves y miles de vestuarios componen una escenografía monumental. Cada representación se siente vivida, auténtica, hecha con respeto hacia las épocas y los personajes que han forjado nuestra identidad.
Además, Puy du Fou no es solo un espectáculo: es un homenaje a la cultura española. Allí desfilan figuras como El Cid, Cristóbal Colón, Lope de Vega o Abderramán III, y cada número tiene un pulso propio, una emoción única.
Y no se queda en lo artístico: el parque ha sido reconocido con premios internacionales que avalan su excelencia. Cada visitante que entra por sus puertas sale con los ojos brillando, con el corazón lleno y con una forma más viva de entender parte de lo que somos.
En definitiva, Puy du Fou en Toledo es un parque diferente, porque no busca solo entretener: quiere emocionar, enseñar y unir generaciones a través de la historia. Y lo consigue con creces.
Además, Puy du Fou no es solo un espectáculo: es un homenaje a la cultura española. Allí desfilan figuras como El Cid, Cristóbal Colón, Lope de Vega o Abderramán III, y cada número tiene un pulso propio, una emoción única.
Y no se queda en lo artístico: el parque ha sido reconocido con premios internacionales que avalan su excelencia. Cada visitante que entra por sus puertas sale con los ojos brillando, con el corazón lleno y con una forma más viva de entender parte de lo que somos.
En definitiva, Puy du Fou en Toledo es un parque diferente, porque no busca solo entretener: quiere emocionar, enseñar y unir generaciones a través de la historia. Y lo consigue con creces.
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SEVILLA
(LA GIRALDA)
Giralda, torre callada,
que al sol murmura azahar,
guardiana de mil auroras
sobre el río y su cantar.
Cuentas siglos en tu piedra,
cuentas sueños al pasar;
Sevilla te mira altiva,
y tú la vuelves a abrazar.
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@david.m.r31
DE TODO UN POCO...
Mujer de Carboncillo en la Luna
Sobre la luna dibujada, quieta y serena,
descansa una mujer hecha de sombras suaves,
de trazos que el carboncillo volvió eternos,
como sus sueños que flotan entre nubes y mares.
Sus pies cuelgan del borde plateado,
rozando el silencio de un cielo infinito,
mientras su mirada, perdida en la noche,
parece escuchar un antiguo susurro bendito.
El artista la creó con líneas frágiles,
pero ella sostiene el firmamento entero;
tan ligera como un pensamiento,
tan fuerte como un deseo sincero.
Y así permanece, mujer-luna, mujer-sueño,
sentada donde solo habita la calma,
recordándonos que a veces basta un trazo
para elevar al cielo lo que nace del alma.
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GRUPOS ROCK DE LOS 80
VÍDEOS
Nunca dejes de soñar...
Orgullo es... realizar tus sueños pese a las adversidades...
David Miguel Rubio
Promotor Turístico en Castilla - La Mancha
Acreditación Oficial Informador Turístico
(N° Reg. EXP/ITL/RDM-0019)
Guía de Montaña
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