lunes, 13 de abril de 2020

Pico de San Vicente (Toledo) - Un lugar sagrado desde milenios...


¡Quién pudiera mirar...!
A través de una ventana...
Aunque fuera tan sólo un instante...

Para poder ver, lo que hoy...
Tan sólo puedo imaginar...

Ventana Ermita de los "Santos Mártires"


David Miguel Rubio
Promotor Turístico en Castilla-La Mancha
Guía por Itinerarios de Baja y Media Montaña
Informador Turístico Rutas Religiosas (*)

(*) Ermita de la Virgen del Piélago, Convento Carmelitas Calzados, Pozos de la nieve, Ermita de los "Santos Mártires" y Castillo de San Vicente.


LA SIERRA QUE TANTA HISTORIA ESCONDE…

La Sierra de San Vicente tiene unas características naturales, históricas y religiosas, que en el Pico de San Vicente (1320 m), la hacen ser única con una personalidad propia.

Cuenta con una extensión de unos tres kilómetros y medio, y una altura media en su fondo de 1150 m sobre el nivel del mar.

Un lugar que Albergó una Atalaya Emiral, un castillo, una Abadía, una pequeña ermita, un eremitorio y un Monasterio/Convento. Y mucho tiempo antes… pueblos prerromanos y romanos es seguro que también tuvieron parte de esta historia…
En resumen... un lugar de importantes vestigios arquitectónico-militar y monástico…



El Pico de San Vicente tiene por su estratégica elevación, uno de los puntos más dominantes de la parte sur hacia el río Alberche (que actúa de fosa natural) y hacia la cuenca del Tajo. Dese el cerro se pueden controlar todas las poblaciones limítrofes del llano, las vías de comunicación.

Esta zona tiene una gran riqueza en fuentes, manantiales, y arroyos. De ahí su nombre “Sierra del Piélago” (*), debido a lo exuberante de las aguas que allí brotan. Sus numerosas fuentes, unidas forman infinidad de arroyos que se derraman por las pendientes en busca de tierra baja y con su riego producen valles muy fértiles y abundantes pastos.

(*) Aquello que por su abundancia es dificultoso de enumerar y contar. Balsa, estanque, mar…


UN LUGAR SAGRADO DESDE MILENIOS…

El primero que habló sobre este monte identificándolo con la Sierra de San Vicente, fue Juan de Mariana (Jesuita, Teólogo e Historiador de Talavera de la Reina) en 1605 en su “De Rege et Regis Institutione”.

El cerro de San Vicente, el “Monte Veneris” era un lugar de culto en donde se veneraba a la divinidad de “Venus” (protectora de campos, ante todo jardines y huertos). Aunque ya era un lugar sagrado durante las campañas de Viriato, cuando esta área todavía no dependía de Roma. Posteriormente sólo las zonas menos romanizadas conservan la religión.

La diosa "Venus"
(La diosa del Amor, la belleza y la fertilidad)

Ya el Padre Mariana mencionaba una inscripción que había sido hallada en la cumbre del cerro de San Vicente. La inscripción tal como aparece recogida por este autor es…

TOGOTI / L. VIBIUS / PRISCUS / EX VOTO

Este epígrafe es muy interesante pues nos está hablando del culto a una divinidad indígena en el cerro. La inscripción podría ser fechada entre finales del siglo I y siglo II d.C. El dios at que se le ofrece culto es Togo (en dativo: Togoti).
Así “Togo” puede ser considerado como “dios protector” de un conjunto de comunidades. 

La zona de la Provincia de Toledo que corresponde al cerro de San Vicente y sus alrededores se integraba dentro del mundo vetón.
Se considera que es un elemento característico de su cultura.
Existiendo la constitución de Togo y del femenino Toga, como divinidades con advocaciones análogas, se encuentra un punto de partida para justificar la "interpretatio romana" por medio de la diosa Venus.
Así Togo-Toga podía proteger tanto el ganado las cosechas, el artesanado como las guerras en época prerromana. En una palabra… la comunidad esperaba que su dios protegiera todas sus actividades  incluyendo las bélicas.
El territorio tiene un sentido sobrenatural como espacio sagrado, protege al individuo y por ello deidad protectora.
El territorio será también deidad femenina, madre y fertilizadora… de montañas, ríos y manantiales, en suma potencias de la naturaleza, son considerados como lugares sagrados.
En síntesis, creemos estar ante una "interpretado romana" de una divinidad indígena. El culto prerromano del cerro de San Vicente, culto a Togo-Toga, pervive después de la conquista durante el Imperio, pero, a su vez, es interpretado como equivalente a Venus por una de las advocaciones que tenia la divinidad prerromana, como protectora de la vegetación, de los campos y de los jardines, como también lo fue Venus.
El emplazamiento y la pervivencia de la religiosidad del lugar permite suponer que estemos ante un santuario que cumplió la función de centro religioso para un conjunto de pequeñas comunidades de los entornos.
Lugar de devoción mucho tiempo después… por su ermita de los “Santos Mártires” y posteriormente por su Convento Carmelita, donde subían gentes de los pueblos… a cumplir votos y promesas, y a buscar consejo y remedio en sus necesidades…



LA SOMBRA DE “VIRIATO”
Tierras de Viriato… según los textos del historiador romano Apiano
"Cruzó el río Tajo y acampó en un monte cubierto de olivos, llamado monte de Venus".
"Viriato penetró sin temor alguno en Carpetania, que era un territorio rico, y se dedicó a devastarla hasta que Gayo Plaucio llegó de Roma con 10.000 soldados de infantería y 1.300 jinetes".


La base fundamental de la economía de las comunidades vetonas era la ganadería, en especial el ganado menor (cerdo, oveja y cabra) aunque también explotaban la ganadería mayor (bovinos y equinos). Como testimonio de la importancia de esta actividad ganadera quedan los hallazgos de toros y verracos, diseminados por distintas poblaciones de la provincia de Toledo y cuyos testimonios han sido recopilados por G. Monteagudo". Se distribuyen de la siguiente manera:

a)    Verracos.- Alcaudete de la Jara, "El Cortijo" (1); Alcolea de Tajo, "El
Bercial" (2); Calzada de Oropesa (1); Castillo de Bayuela (1); Las Herencias, "El Gamito Alto" (2); Oropesa, "Valdepalacios" (1); Torralba de Oropesa (3); Totanes (1); Talavera la Vieja (1); Talavera de la Reina (1); Torrecilla de la Jara (2)
b)    Toros: Castillo de Bayuela (1); Totanes (1).


A  éstos,  les  seguirían  los  vetones,  pueblo  celta  que  abarcó  gran  parte  de  las provincias de Cáceres, Ávila, Salamanca y la comarca de Talavera. En su paso por la Sierra

Levantaron castros en El Real de San Vicente (Cerro del Oso) y Castillo de Bayuela
Estos  pueblos  poblarán  las  tierras  de  pastores  y  conocerán  las  luchas  con  los romanos, con las guerras celtibero-lusitanas (154-133 a.C.) como hechos más destacados. 

Un valor un tanto legendario sitúa en este lugar el asentamiento fundamental de Viriato, y la muerte de este caudillo en el año 139 a.C. Para algunos autores, no existe ninguna duda de que algunas campañas dirigidas por Viriato tuvieron lugar en los parajes de lo que hoy es Hinojosa de San Vicente (Ruiz Carmona, 2002). 

Viriato

Este personaje encontró un lugar estratégico  en  la  Sierra,  ya que  la  calzada  que  unía CASAERÔBRIGA  (Talavera)  con Toledo, pasaba por delante de ella.

Según la tradición histórica, Viriato fue un pastor lusitano que logró sobrevivir a la traidora matanza  del  pretor Galba  en  el  año  152  a.C.,  donde  fueron  asesinados  9.000 lusitanos y 20.000 vendidos como esclavos. Desde entonces mantendría un odio eterno a los romanos. Cinco anos después es elegido caudillo de los lusitanos.

Buscando aliados entre otras tribus hispanas, como los vetones, logró derrotar durante siete años a todos los generales y las legiones enviadas desde Roma expresamente para acabar con él. Muchas de estas batallas  serian  libradas  en  esta  Sierra,  donde  Viriato  tenía  su  centro  principal  de operaciones. 

Pero, fue la traición de sus más cercanos colaboradores la que acabó con su vida

Por aquella época la Sierra formaba parte de la Lusitania, cuyo centro era EMERITA AVGVSTA

Muerte de Viriato

Habla el Mármol
Memoria soy del más famoso pecho
Que el Tiempo de sí mismo vio triunfante;
En mí podrás, oh amigo caminante,
Un rato descansar del largo trecho.
Lluvias de ojos mortales me han deshecho,
Que la lástima pudo en un instante
Volverme cera, yo que fui diamante,
De tales prendas monumento estrecho.
Estas armas viudas de su dueño,
Que visten con funesta valentía
Este, si humilde, venturoso leño,
De Viriato son; él las vestía,
Hasta que aquí durmió el postrero sueño
En que privado fue del blanco día.

Francisco de QuevedoPoemasTúmulo a Viriato, (p. 155)


EL HUELLA DE LAS CIVILIZACIONES….

En este cerro también se han encontrado tumbas romanas.  Otros rastros de esta época son tramos de una supuesta calzada romana en Navamorcuende.
Los visigodos no dejaron grandes huellas en la Sierra, al igual que en el resto de la Península, pero existen restos de tumbas  y ajuares en Castillo de Bayuela.

Sobre la roca se han descubierto dos Enormes cimitarras grabadas, que representan el símbolo del Islam. También dejaron sus huellas en el Castillo de Bayuela, se trata de una fortificaciÓn  de  origen  romano  y  que  los  árabes  utilizaron  posteriormente


Tras la reconquista de Ávila (1082), Talavera (1083) y Toledo (1085), a manos de
Alfonso  VI,  comienza  la  repoblación  que,  en  el  caso  de  la  Sierra,  será  planificada  y organizada desde Ávila por los caballeros guerreros que dejaron en la toponimia local su rastro.

Estos  primeros pobladores  que  vienen  a  colonizar Ávila y  su  entorno  proceden  de  la  Rioja  y  Burgos principalmente,  aunque  también  acuden  pobladores  de  Palencia,  Soria,  Navarra  y  País Vasco, por lo que no sería de extrañar que también se establecieran en la Sierra.


Por lo tanto, tras la repoblación, la mayoría de la comarca perteneció al concejo Abulense,  que actuaba como señorío.  Más tarde,  el rey otorgaría las cartas de villazgo, confirmando los términos y bienes comunales
Los municipios  de  la  Sierra  se  repartieron  en  tres  señoríos  feudales nobiliarios…
Navamorcuende el señorío de los “Davila”
Castillo de Bayuela el serñorío de los “Mendoza”
Escalona el señorío de los Pacheco


Los caballeros templarios y  de otras órdenes militares  fueron  los encargados de posesionarse y reforzar los fuertes manteniendo las fronteras con los musulmanes. Parece ser  que  los  templarios,  según  ciertos  autores,  establecieron  dos  “bailías”  (territorio jurisdiccional  de  las ordenes militares), una en el Pico  de San Vicente,  remodelando  la fortificación musulmana mencionada anteriormente y de la que, actualmente, sólo quedan dos torres y partes de una muralla… y otra en Castillo de Bayuela.


BIBLIOGRAFÍA

Un ermitaño en la Sierra de San Vicente en el s. XVII: el hermano Francisco de San Vicente. Nuevos datos sobre su azarosa y desconocida vida (pdf)
Ángel Deza Agüero (Historiador)
Colectivo Arrabal - Cuaderna

El Culto a Venus en el cerro de San Vicente (Toledo) (pdf)
María Seguido Aliaga

Flora vascular de la Sierra de San Vicente. Marco Histórico-Botánico (Pdf)
Manuel Rubén García Alonso


FOTOGRAFÍAS


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