lunes, 8 de diciembre de 2025

Imágenes para recordar una eternidad...

Imágenes para recordar una eternidad...
 
 
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El espejo en el tiempo
 
A veces, el espejo no nos devuelve lo que somos, sino lo que seremos.
La niña se acerca, apenas alcanzando el borde del cristal, y sus pequeños ojos curiosos se encuentran con la mirada serena de una mujer marcada por los años. No hay miedo, no hay sorpresa; solo un reconocimiento profundo, como si el alma supiera que ambas pertenecen a la misma historia.
 
La anciana sonríe con ternura, viendo en aquella niña la pureza que un día habitó en su propio corazón. Y la niña, sin comprender del todo, siente una calidez inexplicable, como si el futuro viniera a acariciarle la mejilla.
 
En ese instante suspendido, el tiempo se vuelve un puente.
La inocencia toca la sabiduría.
El comienzo saluda al destino.
 
La vida entera se resume en un intercambio de miradas:
la promesa de lo que vendrá y la gratitud de lo que ya fue.
 
Porque dentro de cada niño habita una historia aún por escribir,
y dentro de cada anciana vive todavía aquella niña que soñaba sin miedo.
 
Y así, frente al espejo, ambas se reconocen…
ambas se abrazan…
ambas se recuerdan que la belleza verdadera no está en la edad,
sino en el camino que une el primer latido con el último suspiro.

 


 
Brillos

Bajo el cielo que aún guarda
el susurro reciente de la lluvia,
la ciudad respira lento,
como si cada gota en el suelo
fuera un recuerdo que no quiere irse.

El pavimento, brillante y tímido,
refleja las farolas encendidas,
esas guardianas doradas
que dibujan caminos de luz
entre sombras violetas.

La vegetación, teñida de malva,
parece florecer hacia la noche,
como si el color naciera
del roce de tus pasos
y del murmullo de mi nombre
en tus labios.

Caminamos despacio,
sin prisa, sin destino,
dejando que la calle nos hable
con su voz de perfume húmedo
y promesas que tiemblan.

Tus dedos rozan los míos
y el mundo se vuelve pequeño,
solo un suspiro que compartimos
en este paseo donde la ciudad,
con sus brillos y su magia,
parece enamorarse de nosotros.




 
Una casa con vistas al mar...
 
El sendero de piedra desciende suavemente, como si invitara a perderse en un sueño creado por el mar. Cada losa, irregular y única, parece haber sido colocada con el cariño de manos que conocen el arte de hacer del camino un abrazo.
 
La casa, anclada al acantilado, guarda la calidez de un refugio eterno. Sus luces encendidas derraman un brillo dorado que se mezcla con los colores del atardecer, como si el sol, antes de despedirse, quisiera acariciar por última vez sus paredes.
 
Las buganvillas, exuberantes y libres, trepan por la fachada con tonos malvas, rosas y rojos que se derraman como cascadas de primavera. Se asoman a los balcones, juguetonas, dejando que alguna flor se desprenda y vuele, empujada por la brisa marina.
 
El mar… tan sereno, tan inmenso, se extiende más allá del horizonte con un azul que guarda secretos. Un velero avanza despacio, cortando el agua con elegancia, como si no quisiera perturbar la quietud de ese momento perfecto.
 
El cielo arde suavemente en tonos pastel: el rosa y el naranja se entrelazan con el azul, creando un cuadro que ningún pintor podría reproducir del todo. Es un instante que vibra, que respira, que se siente.
 
Todo en esta escena invita a detener el tiempo:
a escuchar las voces de las flores,
a sentir el aroma salado del viento,
a dejar que la luz tibia acaricie la piel,
a contemplar la vida desde la calma.
 
Es un rincón que promete paz, belleza y refugio,
un lugar donde el alma descansa
y el corazón recuerda que también sabe volar.
 


 
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El puchero de la abuela

La cocina olía a hogar. Ese aroma antiguo, profundo, que solo puede nacer cuando el fuego de la chimenea enciende algo más que la madera: recuerdos.
 
La abuela, con su pañuelo anudado a la cabeza y las manos curtidas por los años, removía con paciencia la olla de barro que bullía sobre la lumbre. El caldo espeso rompía a hervir con pequeños estallidos, como si las patatas y la carne celebraran una fiesta secreta en su interior. Cada burbujeo parecía contar una historia, una chispa de vida que regresaba desde el pasado.
 
El resplandor naranja del fuego dibujaba sombras danzantes en las paredes. La abuela se detenía por momentos, mirando cómo las chispas escapaban hacia arriba, igual que los recuerdos cuando uno se deja llevar. Sonreía. Quizá recordaba la primera vez que aprendió aquella receta, o las manos de su madre enseñándole a cortar las patatas del tamaño justo para que se deshicieran en la boca sin perder su forma.
 
En un rincón, el gato dormía, confiado en la calidez del hogar. Y tú, sentado frente a la mesa, no podías dejar de observarla. Había algo en esos movimientos lentos, tan suyos, tan llenos de cariño, que te hacía sentir que aquel lugar era más que una cocina: era un refugio donde el tiempo se volvía amable.
 
La abuela sacó la cuchara de madera, sopló con ternura sobre ella y te ofreció un primer sorbo.
—A ver qué te parece —susurró, con esa voz suave que parecía hecha para calmarlo todo.
 
Y al probarlo, sentiste que no era solo un guiso. Era el sabor de toda una vida: de inviernos fríos que se vencían con una mesa llena, de risas alrededor del fuego, de manos sabias que daban más amor del que nunca pidieron.
 
Mientras la olla seguía hirviendo escandalosamente, tú comprendiste que aquel momento era un tesoro. Que la magia no estaba en la receta, sino en ella. Y en la forma en que el fuego, la comida y el cariño se unían para decirte, sin palabras, que estabas en casa
.


 
UNIÓN 13 VÍDEOS
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Directo al corazón
 

En la cuerda de la vida

Pende el corazón,
bueno,
amable,
enamorado,
como un susurro de luz
en medio del silencio.

Late tímido,
porque sabe
que amar es exponerse
al viento que todo lo mueve,
a la sombra que todo lo duda,
a la caricia que todo lo rompe
si aprieta demasiado.

Y sobre él,
una mano temblorosa
—también frágil—
lo sostiene con hilos
tejidos de esperanza,
de miedo,
de vida.

La cuerda tiembla.
La mano duda.
El corazón suspira.

Ambos saben
que uno no es nada sin el otro:
la mano sin el latido
se queda vacía,
y el corazón sin la mano
cae al abismo
del frío.

Pero aun así,
se buscan,
se anudan,
se sostienen.

Porque en la fragilidad compartida
nace la fuerza
de seguir amando
aunque tiemble el mundo,
aunque tiemble la cuerda,
aunque tiemble la mano.











La mujer y el columpio del mar

Se mece la mujer, suave,
en el columpio de madera gastada,
allí donde el mar respira
igual que hace treinta años
cuando era apenas una niña.

El viento le despeina recuerdos,
le trae voces pequeñas, risas saladas,
huellas diminutas que corrían
sobre la arena aún tibia
de aquellos veranos eternos.

Sus manos, ahora calmadas,
tocan las cuerdas ásperas
como quien acaricia el tiempo.
Y cada vaivén es un latido
que la devuelve a su infancia.

El mar, viejo cómplice,
rompe sus olas en sus ojos,
y ella sonríe sin prisa,
porque en ese balanceo lento
vuelve a ser la niña que soñaba.

Treinta años después,
el mismo columpio, el mismo mar,
pero otra vida en los hombros.
Y aun así, en ese instante suspendido,
todo vuelve a empezar.


 
UNIÓN 14 VÍDEOS 
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domingo, 7 de diciembre de 2025

La Inmaculada Concepción en Cerámica Talaverana

La Inmaculada Concepción en Cerámica Talaverana
 
 
Mural en cerámica de Talavera reproduciendo "La Inmaculada Concepción del Escorial" (Museo del Prado).

Debe su nombre a que aparece citada por primera vez en las Colecciones Reales en El Escorial en 1788.

La belleza del rostro de la Virgen aparece con un aspecto muy juvenil, confirma el peculiar naturalismo del que hacía gala el artista y que supuso una revolución en el gusto de la iconografía religiosa.

El perfil ondulante, con la capa apenas despegada del cuerpo en dirección diagonal, y la armonía de los colores azul y blanco del vestido con el gris plateado de las nubes por debajo del resplandor levemente dorado que envuelve la figura de la Virgen.
 
8 de Diciembre Santoral 
de la Inmaculada Concepción
 
En este cuadro aparece junto al coro de ángeles la luna en cuarto creciente, otro de los símbolos más reiterados, cuyo origen se haya al parecer en un comentario de Apocalipsis de San Juan: "Apareció en el cielo una señal grande, una mujer envuelta en el sol, con la luna debajo de los pies y sobre la cabeza una corona de doce estrellas":
 
Si observamos a los ángeles que rodean a la Inmaculada, vemos como no son simples cabezas de niños con alitas, las figuras infantiles están repletas de humanidad. Los querubines que conforman su peana portan los atributos marianos: las azucenas como símbolo de pureza, las rosas de amor, la rama de olivo como símbolo de paz y la palma representando el martirio.
 
Fecha de realización: 2001
 
Lugar: Colección privada
 
Empresa: Artesanía Talaverana
 
Soporte: Azulejos de cerámica talaverana de 15 x 15 cm
 
Medidas: 75 x 90 cm

https://talaveras.webnode.es/religiosas/


Un Mundo en Guerra - Siglos de Batallas (Civilizaciones en Conflictos Militares Interminables)

Un Mundo en Guerra - Siglos de Batallas (Civilizaciones en Conflictos Militares Interminables)
 
 Los conflictos militares han sido una fuerza impulsora en la historia, moldeando el destino de civilizaciones desde la antigüedad (como griegos y romanos) hasta la era moderna (como la Segunda Guerra Mundial o las recientes guerras de Ucrania y Palestina), con tácticas que evolucionaron desde carros y falanges hasta legiones y artillería, definiendo el poder y las fronteras a través de la historia humana.

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Expansión del Egipto faraónico contra los hititas en Qadesh, siglo XIII a.C.
 
 
Las guerras en Hispania contra los pueblos hispanos fueron un proceso largo que duró casi dos siglos, desde el 218 a.C. (inicio de la Segunda Guerra Púnica) hasta el 19 a.C. (fin de las Guerras Cántabras), destacando conflictos clave como las Guerras Lusitanas (155-139 a.C.) con Viriato, las Guerras Celtíberas (incluida la Numantina, 143-133 a.C.) y las Guerras Cántabras (29-19 a.C.), que culminaron la conquista romana de la península.
 

 
La época de los samuráis en Japón abarcó casi mil años, desde sus orígenes en el Período Heian (794-1185) hasta su fin con la Restauración Meiji en 1868, siendo una clase guerrera que dominó el país durante los períodos feudales, destacando en épocas de guerra como el Sengoku (siglos XV-XVII) y en la paz del Período Edo (1603-1868), antes de ser abolidos.
 
 
Origen en las Cruzadas: Fundados tras la Primera Cruzada (1099) para proteger a los peregrinos, los Templarios se convirtieron en una fuerza militar formidable en Tierra Santa, luchando junto a otros cruzados.
 
Las guerras templarias se refieren a su participación central en las Cruzadas y la Reconquista, destacando como una orden militar de élite que defendía a los peregrinos y los estados latinos en Oriente, participando en batallas clave como Montgisard y Hattin, y luchando contra fuerzas musulmanas, hasta su disolución en 1312 tras ser acusados de herejía por Felipe IV de Francia.
 
 
Las invasiones vikingas fueron una serie de ataques y exploraciones realizadas por los pueblos nórdicos (vikingos) de Escandinavia, principalmente entre los siglos VIII y XI, que asaltaron costas, saqueando y estableciendo asentamientos en gran parte de Europa y más allá.
 
 
El periodo de invasiones de Gengis Khan y sus sucesores se extiende desde principios del siglo XIII hasta finales del mismo, caracterizado por una expansión militar masiva que conquistó China (Dinastía Jin y Song), Asia Central (Corasmia), Persia (Ilkanato), Rusia (Horda de Oro) y avanzó hacia Europa (Polonia, Hungría) y Oriente Medio (Bagdad, Siria). 
 
Aunque Gengis Khan (murió en 1227) sentó las bases, sus descendientes como Kublai Khan (China Yuan) y Hulagu Khan (Ilkanato) continuaron la expansión, enfrentando intentos fallidos en Japón y Vietnam, pero creando un imperio vastísimo que dominó gran parte de Eurasia.
 
 
La época nazarí (1232-1492) fue el último dominio musulmán en la Península Ibérica, centrado en el Reino de Granada, y se caracterizó por una lucha constante de supervivencia frente a los reinos cristianos, especialmente Castilla, y por invasiones internas y externas, como las de los benimerines, aunque su mayor desafío fue la presión cristiana que culminó con su caída ante los Reyes Católicos en 1492, finalizando la Reconquista...
 
 
Las Guerras Napoleónicas se llevaron a cabo principalmente entre 1803 y 1815, este período de conflictos bélicos terminó definitivamente con la derrota de Napoleón en la Batalla de Waterloo en 1815.
 
 
La Conquista del Oeste en Estados Unidos implicó violentas Guerras Indias (c. 1860-1890) entre tribus nativas y colonos/ejército, motivadas por la expansión territorial estadounidense, la fiebre del oro y la ruptura de tratados, resultando en masacres (Sand Creek, Wounded Knee) y la pérdida de tierras, a pesar de la feroz resistencia indígena, que luchó por su supervivencia hasta el fin del «salvaje oeste».
 
 
Segunda Guerra Mundial (1939 - 1945)
 
Las batallas más famosas de la Segunda Guerra Mundial incluyen Stalingrado (punto de inflexión en el Frente Oriental), Midway (clave en el Pacífico), Día D / Normandía (desembarco aliado en Europa), la Batalla de Inglaterra (defensa aérea británica) y la Batalla de las Ardenas (última gran ofensiva alemana), además de Pearl Harbor, Iwo Jima y la caída de Berlín.
 
 
El Ejército de España participa activamente en numerosas misiones de paz y seguridad en el exterior, bajo el mandato de organizaciones internacionales como la ONU, la OTAN y la Unión Europea. Actualmente (diciembre de 2025), hay aproximadamente 3.000 militares españoles desplegados en cuatro continentes.
 
 
Los ejércitos del futuro (siglo XXIII) se caracterizarán por una profunda integración de la tecnología avanzada, con un enfoque en la digitalización, la autonomía y la guerra centrada en la información.
 
 
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miércoles, 3 de diciembre de 2025

El Pico Pelados (1331 m) - Hacia la nieve de Otoño

El Pico Pelados (1331 m) - Hacia la nieve de Otoño
 


Pico "Pelados" (1331 m) con nieve
 
 
Yo, Pico Pelados
 
Yo, eternamente en vela,
centinela de la Sierra,
siento el susurro del otoño
trepando por mis laderas.
 
Un día, sin prisa, el cielo
abre su cofre de invierno.
Bajan danzando las nieves,
suaves, blancas, en silencio.
 
Me cubren como un abrazo,
como un manto recién hecho;
acarician mis aristas
y se posan en mis pechos.
 
El brezo calla su fuego,
la roca guarda un secreto,
y todo el mundo parece
detener su movimiento.
 
Entonces brillo distinto:
soy faro, cima y recuerdo,
postal viva que despierta
el asombro del sendero.
 
Porque cuando cae la nieve,
yo renazco en blanco nuevo.
Soy Pico Pelados, cumbre
que estrena su propio sueño.
 



Mar de nubes
 





Pico "Pelados" (1331 m) con nieve
 

  
La Cabeza del Oso
 
 
Un mar de nubes...
 
Bajo el sol frío de la mañana, el mundo parece detenerse.
El pequeño charco que descansa sobre la roca —humilde, silencioso— guarda en su espejo el fulgor del cielo, como si contuviera un fragmento robado del propio sol. La luz brinca en la superficie temblorosa del agua, derramando destellos que parecen latir, respirando junto a la montaña.
 
Frente a ti, la Cabeza del Oso emerge oscura y firme, recortada contra un mar de nubes que avanza lento, compacto, como un océano antiguo que hubiera subido a besar las cumbres. La línea del horizonte se diluye entre vapores blancos, y por un instante todo lo que existe es ese contraste: la piedra fría, la luz viva, la montaña en penumbra, el cielo abriéndose en azules infinitos.
 

 
El aire huele a altura y silencio. Cada detalle —una brizna de hierba resistiendo entre grietas, el brillo líquido que corre entre las rugosidades de la roca— te recuerda que la belleza no siempre grita; a veces susurra. Y en ese susurro, en esa mezcla de sol, piedra y nubes, hay una verdad serena, una llamada a detenerse, a mirar, a respirar.
 
Es un instante que no pertenece al tiempo, sino al lugar.
Un momento que la montaña regala al que se atreve a subir hasta aquí:
la certeza de que, a veces, el mundo es exactamente tan bello como parece.
 



Charco de lluvia
 

 
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(Sonido original)
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TikTok
@david.m.r31

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El hombre no muere cuando deja de existir, muere cuando deja de soñar...
 
 
David Miguel Rubio
Promotor Turístico en Castilla - La Mancha
Acreditación Oficial Informador Turístico
 (N° Reg. EXP/ITL/RDM-0019)
Guía de Montaña