jueves, 17 de julio de 2025

Por tierras de la Sierra de San Vicente (Toledo)

Por tierras de la Sierra de San Vicente (Toledo)

 
"En la Sierra de San Vicente"
 
En la Sierra de San Vicente,
Toledo sueña en su piel,
donde el viento canta lento
y el susurro sabe a miel.
Los cerros guardan secretos
que el tiempo quiso esconder,
y la luna, cada noche,
juega al escondite fiel.
 
Se oculta tras un alcornoque,
reaparece en un nogal,
se refleja en cada arroyo
como un farol celestial.
Baja el agua del Piélago
clara, fresca, sin igual,
tejiendo hilos de cristal
entre juncos y zarzal.
 



 
El silencio es ley sagrada
cuando muere el atardecer,
solo el trino de los pájaros
se atreve a responder.
No hay reloj ni calendario
que perturbe este rincón,
solo paz entre los robles,
solo calma en el corazón.
 
Es refugio de los sueños
y del alma un resplandor,
con su manto de verdor
y su cielo sin rencor.
¡Ay, Sierra de San Vicente!,
tierra noble y sin disfraz,
quien conoce tus senderos
no se olvida nunca más.
 




lunes, 14 de julio de 2025

La ventana del olvido (Un alma encerrada en el tiempo)

La ventana del olvido (Un alma encerrada en el tiempo)
 
 
La Ventana del Olvido
 
Nadie quiso vivir en la casa olvidada del pueblo. No por superstición ni por leyendas viejas, sino por algo más antiguo, más denso. 
 
Algo que se pegaba a los huesos como la humedad que rezumaba de sus paredes de piedra. Durante años, había estado deshabitada, abandonada al viento,  como si el tiempo la hubiera olvidado… o temido.
 
Una noche de noviembre, Clara, fotógrafa de lo oculto, llegó buscando inspiración para su próxima exposición. Dijo que no creía en fantasmas. Dijo que las casas no hablaban. Dijo muchas cosas… antes de entrar.
 
 
La fachada estaba agrietada, con una ventana de piedra destacando como un ojo sin párpado. Las contraventanas de madera colgaban torcidas, carcomidas por el tiempo, gimiendo cada vez que el viento las tocaba. Clara subió por la escalera interior, cámara al cuello y llegó a una puerta que se abrió con un suspiro.
 
Dentro, la penumbra era espesa y húmeda. Avanzó con cautela hasta el salón principal ya destartalado. Allí, la gran ventana se alzaba, majestuosa y triste. Las cortinas, largas y grises, ondeaban con un vaivén siniestro, como si se movieran al compás de una respiración invisible.
 
 
Clara levantó la cámara, pero algo en el visor le hizo dudar. Una sombra se deslizaba detrás del tul ondulante. El obturador hizo clic. Entonces lo vio. 
 
Al otro lado del cristal, más allá de las cortinas agitadas, un anciano con barba blanca se acercaba lentamente, flotando entre la cuadra y el pequeño jardín abandonado. Su rostro era fantasmal... y sus ojos eran pozos sin fondo.
 
Él levantó la mano y la apoyó suavemente contra los barrotes oxidados de la ventana superior.
 
Entonces... se oyó un susurro como una punzada en la mente:
 
—Devuélveme al descanso eterno… no quiero estar prisionero aquí...
 
La voz era entrecortada, quebrada por siglos de silencio. Clara dio un paso atrás, tropezando con una silla podrida. La cámara cayó al suelo y estalló en mil pedazos. La ventana se estremeció. El anciano volvió a hablar, más cerca, más real:
 
—Por favor... quiero irme de aquí... bastante castigo llevo soportado ..
 
El aire se volvió frío. Las cortinas se cerraron de golpe, atrapando una sombra dentro. Clara corrió hacia la puerta, pero ya no estaba. Solo había piedra, húmeda y cerrada, donde antes había una salida.
 
 
En la última fotografía, recuperada décadas después entre los escombros por unos niños... que andaban jugando, se ve la ventana abierta, el espectro con la frente pegada a los barrotes de hierro… y detrás de él, otra figura: una mujer, de espaldas, con una cámara al cuello.

Clara también había sido atrapada... para toda la eternidad...
 
Este relato está inspirado en...
 
La casa centenaria (Las ventanas del miedo) - El Real de San Vicente (Toledo)


jueves, 10 de julio de 2025

EL REGRESO DEL "CID CAMPEADOR" (El espíritu de "El Último Cantar"

EL REGRESO DEL "CID CAMPEADOR" (El espíritu de "El Último Cantar"

 
Vuelvo.
 
Sí… vuelvo como sombra y como viento.
Desde lo alto, como un halcón que nunca olvida su nido, planeo sobre estas tierras de Castilla, sobre esta roca antigua donde Toledo se yergue aún, eterna y orgullosa. 
 
Aquí, donde las voces del pasado no se han silenciado, y el acero aún canta en las entrañas del teatro.
 

 
Sobrevuelo el escenario de El Último Cantar y reconozco mi figura, encarnada por un hombre que lleva mi nombre y mi memoria.
 
Su espada no pesa como pesó la mía, pero su mirada arde con la misma llama. Lo toco —sin que lo sepa— y le dejo en la piel el temblor de mi alma. 
 
Acaricio su corcel, noble animal, espejo de Babieca, y en su crin siento el rumor de antiguas campañas, de polvo y gloria.
 
  
 
Paso entre los actores como si flotara entre las memorias de aquellos que una vez me acompañaron. 
 
Sus gestos, sus palabras, sus lágrimas… me devuelven a un tiempo que fue carne, fuego y honra. No están solos. Yo estoy con ellos.
 
 
Y entonces, suave y callado, me deslizo entre las gradas.
Soy brisa… soy aire…
 
Me siento en cada fila, me acerco a cada rostro. Miro los ojos abiertos de los niños, los suspiros de los mayores, los corazones que laten al ritmo de la historia.
 
¿Lo sentís? Ese escalofrío en la nuca, esa emoción que os recorre la espalda...
Soy yo.
 

 
Aquí me he quedado, entre luces y ecos, entre gestos y canciones, porque aquí, cada noche, el tiempo se pliega como una bandera y me permite volver.
 
Aquí, mi alma revive lo que fue…
Y lo que nunca ha dejado de ser.
 
Soy Rodrigo Díaz de Vivar, y me llaman El Cid Campeador...
Y no he muerto todavía…
 
 
Imágenes:
 

 
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Para el recuerdo...
(Tierras del reino de Valencia)
 



martes, 8 de julio de 2025

El espectro de la Monja de Toledo - Leyenda toledana

El espectro de la Monja de Toledo
Leyenda toledana
 
 
Cuentan los más viejos del lugar que, en una empinada cuesta del casco antiguo de Toledo, allá donde las sombras parecen más densas y el eco de los pasos resuena entre piedras milenarias, se alzaba un humilde convento de clausura: el Convento de Santa Justa y Rufina. 
 
En sus muros vivían en recogimiento una docena de monjas que habían consagrado su vida al silencio, la oración… y a custodiar un secreto sagrado que jamás llegó a conocerse del todo.
 
Pero la paz se quebró una noche sin luna.
 
 
Un grupo de ladrones, sabedores de que en los sótanos del convento se escondía algo de gran valor —dicen que un relicario de oro traído de Tierra Santa—, irrumpió entre las sombras con antorchas y acero.
 
No buscaban redención, solo saqueo. Para borrar toda huella de su crimen, prendieron fuego al convento, sellando las puertas para que nadie escapase. Los gritos desesperados de las hermanas se fundieron con el crepitar de las llamas y el tañido agónico de la campana mayor, que repicó hasta fundirse entre los escombros.
 
Desde entonces, las noches toledanas no volvieron a ser iguales.
 
Porque dicen —y quien lo ha visto tiembla al contarlo— que cuando el reloj da la medianoche y la niebla baja a cubrir las callejuelas, se aparece una figura vestida con hábito quemado, el rostro cubierto por un velo ennegrecido… y en la mano, alzado como símbolo de juicio, un crucifijo que acaba en una afilada punta de acero.
 
 
Es la Monja del Crucifijo, el espectro de la priora que murió con todas sus hermanas entre fuego y plegarias, traicionadas por la codicia.
 
No busca rezos. No busca piedad. Solo castigo.
 
Los que rondan a deshoras con malas intenciones —ladronzuelos, bandidos, rufianes de taberna— comienzan a desaparecer sin dejar rastro. A la mañana siguiente, sus cuerpos son hallados desangrados en portales y callejones, con una sola herida precisa, mortal... y un crucifijo de madera sobre el pecho.
 
 
Las gentes de bien evitan salir de noche. Las puertas se cierran con doble cerrojo, y hasta los más duros criminales rehúsan internarse en las callejas más antiguas del barrio de San Miguel o del Pozo Amargo.
 
Porque saben que ella está ahí.
Porque saben que vigila.
Y porque nadie puede huir del juicio de la Monja de Toledo.

 


sábado, 5 de julio de 2025

Talavera de la Reina y la Sierra de San Vicente (Cruce de caminos...) - A través de los siglos...

Talavera de la Reina y la Sierra de San Vicente (Cruce de caminos...) - A través de los siglos...
 
 
Talavera de la Reina y la Sierra de San Vicente (Cruce de caminos...)
http://elrealdesanvicente.blogspot.com/2021/09/talavera-de-la-reina-y-la-sierra-de-san.html?m=1
 
La Cueva de los Santos Mártires (Parte I) - Sierra de San Vicente (Toledo) - Un lugar emblemático de Talavera de la Reina (Toledo)
http://elrealdesanvicente.blogspot.com/2020/01/la-cueva-de-los-santos-martires-parte-i.html?m=1
 
La Cueva de los Santos Mártires (Parte III) - Sierra de San Vicente (Toledo) - Un lugar emblemático de Talavera de la Reina (Toledo)
http://elrealdesanvicente.blogspot.com/2020/01/la-cueva-de-los-santos-martires-parte_14.html?m=1
 
 
Ermita de los Santos Mártires (La Cámara secreta) - Hinojosa de San Vicente (Toledo)
http://elrealdesanvicente13.blogspot.com/2020/03/ermita-de-los-santos-martires-la-camara.html
 
La "Pililla" de la Cueva de los Santos Mártires - Pico San Vicente (Toledo)
http://elrealdesanvicente.blogspot.com/2020/03/la-pililla-de-la-cueva-de-los-santos.html
 
 
Ermita de Nuestra Señora del Piélago - Sierra de San Vicente (Toledo) - Datos y Misterios...
http://elrealdesanvicente13.blogspot.com/2020/03/ermita-de-nuestra-senora-del-pielago.html

Juan de Mariana (La Sierra de San Vicente y sus virtudes) - García Loaísa y Antonio Calderón
http://elrealdesanvicente.blogspot.com/2020/04/juan-de-mariana-la-sierra-de-san.html?m=1
 
 
Sierra de San Vicente (Toledo) – Convento del Piélago (Datos, documentos, observaciones y curiosidades
http://elrealdesanvicente13.blogspot.com/2017/02/sierra-de-san-vicente-toledo-convento.html
 
Convento Carmelitas Calzados de "El Piélago" (Anexo 1 -
Nuevos datos de interés...) - Sierra de San Vicente (Toledo)

http://elrealdesanvicente13.blogspot.com/2020/03/convento-carmelitas-calzados-de-el.html?m=1
 
 
David Miguel Rubio
Promotor Turístico en Castilla - La Mancha
Guía de Montaña


miércoles, 2 de julio de 2025

Entre Ayuntamientos, Iglesias y Ermitas de nuestros pueblos toledanos

Entre Ayuntamientos, Iglesias y Ermitas de nuestros pueblos toledanos
 
Sin duda alguna... hay tres edificios que están presentes... en la inmensa mayoría de los pueblos de España...
 
Lugares de tradiciones, historia y 
 
 

martes, 1 de julio de 2025

La leyenda del Tesoro Templario (Desde la Tierra Santa a la Cueva de los Santos Mártires)

La leyenda del Tesoro Templario (Desde la Tierra Santa a la Cueva de los Santos Mártires)
 
  
 
La Leyenda del Tesoro Templario
 
Cuentan los antiguos que, tras las Cruzadas, los caballeros templarios regresaron de Tierra Santa no solo con cicatrices de guerra, sino con tesoros de un valor incalculable. 
 
Cruces engarzadas con piedras preciosas, cálices de oro, espinas de la corona de Cristo, un fragmento de la verdadera Cruz, clavos manchados con su sangre, varios linus Crucis de oro puro... e incluso, según susurros que se transmiten en voz baja, la mismísima Sábana Santa.
 
 
Guardadas bajo el más estricto secreto, estas reliquias sagradas fueron enterradas bajo el suelo mientras se alzaban los cimientos de una catedral, ocultas al mundo, protegidas por votos de silencio y muerte.
 
 
Pero llegaron tiempos oscuros. Persecuciones, guerras, y traiciones obligaron a los últimos templarios a trasladar su sagrado tesoro al Convento del Piélago, entonces perdido entre montañas y nieblas, invisible a los ojos del mundo.
 
 
Dicen que, con el tiempo, los frailes Carmelitas Calzados tomaron el relevo de tan alto secreto. Y que, bajo el Pico de San Vicente, en la enigmática Cueva de los Santos Frailes, existe un túnel sellado, invisible y custodiado, donde descansan aquellas reliquias… esperando el fin de los días o al digno que sepa encontrar el camino.