lunes, 1 de septiembre de 2025

Cuando las campanas repican miedo y la Santa Campaña procesiona en la oscuridad...

Cuando las campanas repican miedo y la Santa Campaña procesiona en la oscuridad...
 
 
La luna llena se alzaba sobre Toledo como un ojo blanquecino que todo lo vigilaba. El Tajo, desde lo alto del Mirador del Valle, brillaba como una serpiente oscura que rodeaba la ciudad, y el murmullo de sus aguas parecía un rezo apagado.

Esa noche, las campanas de San Justo repicaron solas. Un tañido grave, arrastrado, semejante a un lamento metálico, quebró el silencio. Quien se atreviera a mirar hacia la torre juraría ver una figura espectral: el alma de un fraile, encorvado, sosteniendo la cuerda con manos traslúcidas, marcando un ritmo que solo los muertos entienden.
 
 
Fue entonces cuando el aire cambió. El murmullo del río se apagó, las cigarras enmudecieron y hasta el viento pareció esconderse. Desde la vereda del mirador, un resplandor tembloroso comenzó a avanzar lentamente: la Santa Compaña había llegado a Toledo.

Las siluetas se recortaban contra la claridad lunar. Eran decenas de figuras encapuchadas, vestidas con túnicas negras, caminando en procesión. De sus manos huesudas pendían cirios que ardían sin llama, iluminando apenas lo suficiente para ver los rostros cadavéricos, desencajados por el tormento eterno. Al frente, un alma en pena alzaba una cruz de madera carcomida que parecía pesar más que la propia muerte.

Quienes los vieron desde las murallas juraron sentir un frío clavarse en el pecho. Los pasos no hacían ruido, pero cada avance de la procesión retumbaba en la mente de los vivos como si fuera un presagio. Se decía que, si alguien tropezaba con ellos, quedaría condenado a tomar el lugar del portador de la cruz.

Una mujer que caminaba sola aquella noche —dicen que era vecina del barrio de la Judería— los contempló sin querer. El fulgor de las velas sin fuego le iluminó el rostro, y su grito desgarrador quedó atrapado entre las piedras del mirador. Nadie volvió a verla.
 
 
A la mañana siguiente, los vecinos que madrugaron hallaron la cruz clavada en el camino de tierra, ennegrecida, húmeda como si hubiera llorado sangre. Y en lo alto de la ciudad, las campanas sonaron de nuevo, pese a que ningún sacristán había tocado la cuerda.

Desde entonces, cuando la luna llena cubre Toledo y el Tajo brilla como un río de acero, se dice que la Santa Compaña vuelve a procesionar por el Mirador del Valle. Y más de un toledano asegura haber visto, entre las sombras encapuchadas, el rostro de aquella mujer perdida, avanzando en silencio, con una vela en la mano.
 
 
David Miguel Rubio
Promotor Turístico en Castilla - La Mancha
Informador Turístico
 (N° Reg. EXP/ITL/RDM-0019)
Guía de Montaña


domingo, 31 de agosto de 2025

Reino Visigodo (Regnum gothorum - Regnum Hispaniae) - El fantasma de Rodrigo, último rey visigodo...

Reino Visigodo (Regnum gothorum - Regnum Hispaniae) - El fantasma de Rodrigo, último rey visigodo...
 
Fíbula aquiliforme visigótica de Alovera (siglo VI), hecha en bronce y pasta vítrea, procedente de Alovera (Guadalajara). Realizada mediante la técnica del alveolado o tabicado (cloisonné). Museo Arqueológico Nacional de España.
 
Capítulo I: “El Murmullo del Trono Perdido”
 
Una bruma etérea envuelve los vestigios del palacio real en la ciudad que fue capital del reino visigodo. Allí vaga el fantasma de Rodrigo (710–711), el último rey visigodo, cuyos días como monarca terminaron abruptamente con la invasión musulmana tras la batalla de Guadalete . Él se mueve entre los muros que antaño vibraban con discursos reales, en el salón del Aula Regia donde se discutían leyes y decisiones de Estado .
 
Susurros distantes evocan los concilios de Toledo celebrados bajo la vigilancia de sus predecesores, encuentros donde la fe y la política se entrelazaban formando la identidad del reino . Rodrigo contempla cómo las instituciones palaciegas, como el Oficio Palatino, fueron pilares de poder, símbolos de un reino que aún respiraba en esas piedras. Su espíritu, aún atado al deber, se obstina en contar su historia.
 
 
Capítulo II: “La Belleza que Alfombra el Silencio”
  
Rodrigo deambula por calles impregnadas de historia, por plazuelas y edificios que conservan ecos visigodos. Sabe que Toledo es algo más que una ciudad: es un collage de civilizaciones donde bajo tierra duermen termas romanas, pozas islámicas y mikvés judíos, verdaderos tesoros arqueológicos que revelan su carácter milenario .
 
Recuerda especialmente la magnificencia del III Concilio de Toledo (589), donde la conversión al catolicismo selló la unidad espiritual del reino . También evoca la imponente presencia de los concilios, hasta 18 en total, que se celebraban en esta ciudad y consolidaban su poder como sede eclesiástica central .
 
En sus paseos nocturnos, contempla el paisaje arqueológico y el alma viva de Toledo —una ciudad santuario donde incluso las paredes parecen susurrar: “Aquí estuvo el reino visigodo, aquí floreció la simiente de lo que somos” .
 
 
Capítulo III: “Voces y Murales – Presencias Invisibles”
 
Ahora, el fantasma de Rodrigo se posa delicadamente en un entorno contemporáneo: la senda ecológica junto al río Tajo. Bajo el puente de la Cava, su figura etérea observa los murales de Javier Alcolea, que retratan la leyenda de La Cava y la trágica historia entre el rey Don Rodrigo y Florinda —un mito que simboliza la caída del reino visigodo .
 
El mural más imponente le muestra a Florinda bañándose en el río, con Toledo dibujado de manera abstracta, impregnado de emoción y belleza . Rodrigo siente una mezcla de orgullo y melancolía: la ciudad sigue viva, y su legado revive en el arte urbano que conecta pasado y presente.
 
Allí, entre aerosol y leyenda, el espíritu del último rey visigodo encuentra compañía: en el arte que rescata su historia, en la piedra que aún vibra con sus huellas, y en las raíces subterráneas que nutren la ciudad eterna. Toledo, bella y eterna, aún le pertenece… aunque solo sea por un instante.
 
 
Epílogo
 
“El Concilio como Forja del Espíritu”
 
El Concilio de Toledo no fue solo una asamblea eclesiástica, sino la verdadera fragua donde se templaba el alma del reino visigodo. Allí se unían fe y poder, y las decisiones alcanzaban tanto el ámbito espiritual como el político. La conversión de Recaredo al catolicismo en el III Concilio (589) supuso más que un cambio religioso: fue un gesto de cohesión que integró a los godos y a la población hispanorromana bajo un mismo credo. Esa unión se convirtió en un símbolo de estabilidad y en la raíz de una identidad que aún se evoca al hablar de la Hispania visigoda.
 
Don Rodrigo, rey de los visigodos (Museo del Prado, Madrid)
 
“Entre Murallas y Calles: La Vida en Toledo Visigoda”
 
La ciudad de Toledo era entonces un organismo vibrante: un entramado de murallas que la defendían, calles que serpenteaban y mercados que latían con la mezcla de culturas. El río Tajo la nutría y la protegía, mientras las instituciones palatinas regulaban la vida civil. En las plazas resonaban las lenguas de mercaderes, y en el palacio real se tejían alianzas, intrigas y leyes. Era una ciudad viva, coronada por templos y palacios, en la que la espiritualidad se encontraba con lo cotidiano, dejando entrever la grandeza y fragilidad de su destino.
 
Portada de La crónica del rey don Rodrigo, que recoge las tradiciones sobre el último rey visigodo y la pérdida de España.
 
“Toledo, Memoria Tallada en la Eternidad”
 
A lo largo de los siglos, Toledo ha sido espejo de memorias superpuestas: romana, visigoda, islámica, judía y cristiana. Esa pluralidad la convirtió en una ciudad que nunca olvida, porque cada piedra guarda una huella. El recuerdo de los visigodos aún se manifiesta en concilios, crónicas, restos arqueológicos y en el eco de leyendas que, como la de Rodrigo y Florinda, siguen vivas en el arte y en la tradición oral. Toledo ha sabido custodiar su esencia: la de ser ciudad de encuentros y desencuentros, donde la memoria no se desvanece, sino que se transforma en símbolo eterno de identidad.
 
Reino visigodo tras las conquistas de Suintila, año 625.
 
Monumentos representativos visigodos
 
Los monumentos visigodos más relevantes de Toledo y su provincia incluyen el Museo de los Concilios y la Cultura Visigoda, ubicado en la Iglesia de San Román, que alberga vestigios como capiteles y orfebrería visigoda. También destacan la Ermita de Santa María de Melque y el yacimiento arqueológico de San Pedro de la Mata, ambos cerca de Toledo y representativos de la arquitectura visigoda.
 
 
Ermita de Santa María de Melque
Ubicación: Cerca de Toledo.
Qué ofrece: Es una iglesia visigoda y uno de los monumentos prerrománicos más destacados de la provincia.
 

 
San Martín de Montalbán (Guía para conocer lugares interesantes)
 
Yacimiento de San Pedro de la Mata
Ubicación: En la provincia de Toledo.
Qué ofrece: Restos de una iglesia visigoda que es un importante yacimiento arqueológico para conocer la arquitectura de la época.

Pilastra Visigoda de la Iglesia del Salvador
Ubicación: En Toledo.
Qué ofrece: Esta pilastra, con escenas figurativas, es una pieza única y un vestigio de la época visigoda que se encuentra en la Iglesia del Salvador, antigua mezquita con torre.
 
 
Coronas de Recesvinto del Tesoro de Guarrazar (Museo Arqueológico, Madrid)
 
 
El tesoro de Guarrazar es un tesoro de orfebrería visigoda compuesto por coronas y cruces que varios reyes del reino visigodo de Toledo ofrecieron en su día como exvoto. Fue hallado entre los años 1858 y 1861 en el yacimiento arqueológico denominado huerta de Guarrazar, situado en la localidad de Guadamur, muy cerca de Toledo.
 
Las piezas están repartidas entre el Musée Cluny de París, la Armería del Palacio Real, el Museo Arqueológico Nacional y la Galería de las Colecciones Reales, estos tres últimos en Madrid.
 
Guadamur (Toledo) - X Jornadas Visigodas (13-05-17) - El Tesoro de Guarrazar
 
 
Monumentos Visigodos en Toledo y Provincia
 
Museo de los Concilios y la Cultura Visigoda
Ubicación: Dentro de la Iglesia de San Román, en el casco histórico de Toledo.
Qué ofrece: Conserva y expone restos de la época visigoda, como cimacios, capiteles, relieves, orfebrería y ajuares de la necrópolis de Carpio de Tajo. También se pueden ver reproducciones de las coronas del famoso Tesoro de Guarrazar.
 
 
Enlaces consultados
 
 
 
 
 
David Miguel Rubio
Promotor Turístico en Castilla - La Mancha
Informador Turístico
 (N° Reg. EXP/ITL/RDM-0019)
Guía de Montaña


miércoles, 27 de agosto de 2025

La Leyenda del Molino del Tajo (El misterio del molinero, la llave con símbolos y el espejo del destino)

La Leyenda del Molino del Tajo (El misterio del molinero, la llave con símbolos y el espejo del destino)
 
 
Cántico
 
“Junto al Tajo, en Toledo medieval,
un molino guarda silencio ancestral.
En su seno reposa una llave oscura,
umbral secreto hacia senda insegura.
Dicen que quien halle su pasadizo oculto,
descubrirá un misterio que ni el tiempo osa nombrar.”
 
La leyenda
 
Cuentan los viejos cronistas que, en el siglo XIII, junto a las aguas impetuosas del Tajo, se alzaba un molino harinero que trabajaba día y noche al servicio de la ciudad de Toledo. Sus muros de piedra, ennegrecidos por el humo y el tiempo, escondían un secreto que nunca fue revelado a los hombres comunes.
 
El molinero, un hombre silencioso y de mirada sombría, era visto como un trabajador incansable. Sin embargo, se decía que en las noches de luna nueva descendía a lo más profundo de su molino, más allá de la sala de molienda y de las corrientes que movían las ruedas. Allí, oculto entre maderas carcomidas y piedras húmedas, guardaba una llave antigua, forjada en hierro y grabada con símbolos que nadie supo descifrar jamás.
 
 
Esa llave, según la leyenda, abría una puerta secreta oculta en los cimientos del molino. Una puerta que no conducía a simples túneles de servicio, sino a un pasadizo misterioso, que se internaba bajo la ciudad y el río, y llevaba a un lugar que nadie osaba imaginar: un recinto olvidado, donde el tiempo parecía detenido y donde aguardaba un poder que podía cambiar el destino de Toledo.
 
El recinto al que conducía aquel pasadizo no era una simple cámara subterránea. Tras la pesada puerta de hierro, cubierta de inscripciones en latín y hebreo, se abría una sala circular, sostenida por columnas que parecían hechas de una piedra que brillaba débilmente por sí misma. En el centro, sobre un pedestal tallado con símbolos visigodos y árabes, reposaba un objeto que parecía imposible: un espejo de agua sólido, inmóvil, que reflejaba escenas que no correspondían al presente, sino al futuro.
 
 
La leyenda contaba que aquel era el Espejo del Destino, forjado en tiempos remotos por sabios toledanos que unieron conocimientos de tres culturas: la cristiana, la judía y la musulmana. Según decían, en él se podía ver no sólo lo que estaba por suceder, sino también los hilos ocultos que lo movían. Quien aprendiera a leer su reflejo no solo conocería el porvenir, sino que podría alterarlo.
 
Ese poder era, precisamente, lo que hacía del espejo un secreto tan peligroso. En manos de un gobernante ambicioso, Toledo podría convertirse en un imperio invencible. En manos de un visionario justo, la ciudad podría convertirse en un faro de paz y conocimiento que iluminara toda Europa. Pero también, si caía en manos equivocadas, traería la ruina: guerras anticipadas, conspiraciones consumadas antes de comenzar, y un destino tejido a voluntad de un solo corazón humano.
 
Por eso el espejo había sido sellado bajo el molino, olvidado a propósito. Pues Toledo, ciudad de tres culturas, de puentes entre mundos, siempre estuvo al filo de la grandeza y de la tragedia. Y aquella llave, ahora en manos de quien la había hallado, volvía a abrir la pregunta que siglos atrás se había dejado sin respuesta:
 
¿Debe el destino de Toledo ser conocido… o permanecer un misterio?
 
 
Algunos dicen que el molinero desapareció una noche, dejando el molino en silencio eterno, como si las ruedas hubieran jurado callar su secreto.
 Desde entonces, quienes se atreven a acercarse a las ruinas del antiguo molino aseguran escuchar el murmullo del agua mezclado con un susurro: “La llave aún espera…”
 
 
David Miguel Rubio
Promotor Turístico en Castilla - La Mancha
Informador Turístico
 (N° Reg. EXP/ITL/RDM-0019)
Guía de Montaña


domingo, 24 de agosto de 2025

TOLETUM - TALATULAH - TOLEDO (Entre Historia y Leyendas) - 6 Lugares de su Patrimonio

TOLETUM - TALATULAH - TOLEDO (Entre Historia y Leyendas) - 6 Lugares de su Patrimonio
 
 
Castillo de San Servando
Puente de Alcántara

 
La leyenda del túnel secreto de San Servando (Entre el misterio y la épica medieval) Versión I
https://elrealdesanvicente13.blogspot.com/2025/08/la-leyenda-del-tunel-secreto-de-san.html?m=1
 
La leyenda del túnel secreto de San Servando (Crónica antigua) Versión II
https://elrealdesanvicente13.blogspot.com/2025/08/la-leyenda-del-tunel-secreto-de-san_17.html?m=1
 
La leyenda del túnel secreto de San Servando (Códice Medieval) Versión III
https://elrealdesanvicente13.blogspot.com/2025/08/la-leyenda-del-tunel-secreto-de-san_26.html?m=1
 
 
La maldición del Castillo Templario de San Servando (Despierta de su eterno silencio) - Leyenda de los cuadros
https://elrealdesanvicente.blogspot.com/2025/08/la-maldicion-del-castillo-templario-de.html?m=1
 
 
El Puente de San Martín
 
La Llave de la Rosa Eterna - La Ciudad de las Tres Culturas
https://realdesanvicentepuebloconencanto.blogspot.com/2025/04/la-llave-de-la-rosa-eterna-la-ciudad-de.html?m=1
 
 
Murallas de Toledo
 
Las Murallas de Toledo... los días finales del Reino Taifa
https://elrealdesanvicente13.blogspot.com/2025/08/las-murallas-de-toledo-los-dias-finales.html?m=1
 
 
Catedral Primada de Toledo
 
La leyenda del Tesoro Templario (Desde la Tierra Santa a la Cueva de los Santos Mártires)
https://elrealdesanvicente.blogspot.com/2025/07/la-leyenda-del-tesoro-templario-desde.html?m=1
 
 
Mezquita de Bab al-Mardum
(Cristo de la Luz)
 
La leyenda de los Amantes Encadenados y Emparedados en la Mezquita de Bab al-Mardum
https://realdesanvicentepuebloconencanto.blogspot.com/2025/08/la-leyenda-de-los-amantes-encadenados-y.html?m=1
 
 
Molinos río Tajo
 
La Leyenda del Molino del Tajo (El misterio del molinero, la llave con símbolos y el espejo del destino)
https://elrealdesanvicente.blogspot.com/2025/08/la-leyenda-del-molino-del-tajo-el.html?m=1
 
La ciudad de Toledo fue inscrita en la lista del Patrimonio Mundial de la Humanidad el 26 de noviembre de 1986.
 
 
David Miguel Rubio
Promotor Turístico en Castilla - La Mancha
Informador Turístico
 (N° Reg. EXP/ITL/RDM-0019)
Guía de Montaña


viernes, 22 de agosto de 2025

La Leyenda del Cautivo Toledano en el Puerto de Málaga (1487)

La Leyenda del Cautivo Toledano
Una Historia real...
 
Cuando los Reyes Católicos fueron ganándole terreno al Reino nazarí en la conquista de Granada, empezaron a llegar cristianos toledanos que habían sido liberados.
 
Algunos de ellos trajeron consigo las cadenas con las que habían estado presos en las cárceles nazaríes, y en Zocodover las mostraron ante todos.
 
En la fachada de Monasterio de San Juan de los Reyes en Toledo... tiene los grilletes y la cadenas de los prisioneros cristianos que fueron liberados en la Conquista de Granada.
 
 
La Leyenda del Cautivo Toledano en el Puerto de Málaga (1487) - Reino Nazarí
 
Se cuenta que entre los cristianos que mostraron sus cadenas en Toledo había un hombre que había sufrido cautiverio en las galeras musulmanas.
 
Era natural de Toledo, marino por necesidad más que por vocación, y cayó preso tras una incursión corsaria en el Mediterráneo. Durante años soportó el hierro en sus tobillos y el látigo en su espalda, bogando sin descanso al ritmo del tambor en un barco nazarí.
 
 
Cuando las huestes de los Reyes Católicos cercaron Málaga en 1487, el último gran puerto del reino nazarí, el destino quiso darle un vuelco a su vida. Sus captores, temiendo el asedio y la ruina, huyeron apresuradamente, abandonando la galera en el puerto. 
 
Allí, encadenado junto a otros cautivos cristianos, el toledano vio cómo los guardianes desaparecían entre el tumulto y el humo de la ciudad sitiada.
 
Con esfuerzo y desesperación, lograron romper los cerrojos y liberarse. Aquel hombre, todavía con las marcas del hierro en la piel, se arrodilló mirando al cielo y juró que jamás olvidaría la libertad recobrada.
 
 
De regreso a Toledo, llevó consigo los grilletes que lo habían esclavizado. Y en Zocodover, ante el pueblo reunido, los mostró como testimonio vivo del sufrimiento y la esperanza cumplida. 
 
 
Más tarde, aquellas cadenas fueron colocadas en la fachada del Monasterio de San Juan de los Reyes, como memoria perenne de los cautivos redimidos en la Conquista de Granada.
 
 
La Historia la escriben los vencedores...
  

David Miguel Rubio
Promotor Turístico en Castilla - La Mancha
Informador Turístico
 (N° Reg. EXP/ITL/RDM-0019)
Guía de Montaña
 

viernes, 15 de agosto de 2025

"La quietud de Toledo" (Invasión Alienígena) - Introducción (Parte I)

"La quietud de Toledo" (Invasión Alienígena) - Introducción (Parte I)
 
El Día de la Ciencia Ficción se celebra extraoficialmente el 2 de enero, fecha que coincide con el nacimiento de Isaac Asimov, uno de los escritores más influyentes del género.
 

Toledo amanecía como siempre: sus calles empedradas todavía húmedas del rocío, las campanas llamando a misa, y el murmullo lejano del Tajo acariciando la muralla. Pero desde hacía unas semanas, algo invisible se había instalado en el aire. Una sensación de que los ojos te seguían en cada esquina, incluso cuando no había nadie.
 
Los primeros en notar el cambio fueron los vecinos más antiguos. El señor Julián, que nunca faltaba al café en la plaza de Zocodover, había dejado de saludar. Sentado en una mesa apartada, miraba fijamente a las palomas como si buscara entenderlas. A los pocos días, otros comenzaron a mostrar el mismo comportamiento: silencio, aislamiento, una extraña rigidez en los movimientos.
 
 
Nadie lo relacionó al principio, hasta que un joven periodista de La Tribuna de Toledo, investigando un caso de desapariciones, fue testigo de lo imposible. En un callejón junto al Alcázar, vio cómo la silueta de una mujer se desgarraba como una tela húmeda, revelando algo que no pertenecía a este mundo:
 
Ojos verdes enormes y llenos de brillo líquido, piel gris clara cubierta por un caparazón liso azul grisáceo que reflejaba una luz cian que no provenía del sol, y dos tentáculos serpentinos que nacían de su cabeza y se movían con voluntad propia.
 
 
Antes de que pudiera reaccionar, la criatura se inclinó hacia un hombre inconsciente en el suelo. Su cuerpo se deshizo en un humo plateado que lo cubrió por completo. Cuando el vapor se disipó, allí estaba el hombre… pero algo en su mirada no encajaba. Vacía. Carente de calor humano.
 
A partir de entonces, todo fue más rápido. Los nuevos “vecinos” imitaban a la perfección a los originales, pero no interactuaban más de lo necesario. No reían, no discutían, no se tocaban. Las conversaciones morían en monosílabos. Poco a poco, Toledo se convirtió en una ciudad donde cada puerta cerrada parecía esconder algo más que soledad.
 
Los pocos humanos que quedaban empezaron a vivir con el terror constante de no saber quién era todavía humano. El carnicero que siempre les fiaba… ¿o ya un impostor? La maestra que enseñaba a sus hijos… ¿o un espía del otro lado?
 
 
La intención de los visitantes era clara: no conquistar con armas, sino en silencio. Sustituir, uno a uno, hasta que la Tierra entera fuera suya y nadie pudiera recordar cuándo empezó.
 
En las madrugadas más frías, algunos decían ver, desde el Puente de San Martín, una luz cian ascendiendo desde el casco antiguo hacia el cielo, como si algo enorme respirara en la oscuridad.
 
Pero nadie salía a comprobarlo.
 
Porque en Toledo… ya no quedaba nadie en quien confiar.
 
 
David Miguel Rubio
Promotor Turístico en Castilla - La Mancha
Informador Turístico
 (N° Reg. EXP/ITL/RDM-0019)
Guía de Montaña
 
 


martes, 12 de agosto de 2025

La maldición del Castillo Templario de San Servando (Despierta de su eterno silencio) - Leyenda de los cuadros

La maldición del Castillo Templario de San Servando (Despierta de su eterno silencio) - Leyenda de los cuadros
 
 
Cuentan las gentes de Toledo que, en las noches de luna llena, el Castillo Templario de San Servando despierta de su eterno silencio.
 
En su largo y sombrío pasillo, flanqueado por viejas armaduras polvorientas, cuelgan a ambos lados enormes retratos de Caballeros Templarios: guerreros con lanzas, espadas y estandartes marcados con la cruz roja.
 
Pero cuando la luna se alza sobre el Tajo, la pintura se agita… y de cada lienzo emerge el espectro de su caballero.
 
 
Con paso firme y mirada ardiente, recorren las calles de Toledo en actitud guerrera, sin distinguir entre vivos y culpables, buscando a quien ose quebrantar el orden de la justicia templaria.
 
Aquel que hace el mal… acabará entre tinieblas.
 
Al amanecer, la ciudad amanece helada de terror.
 
En callejones apartados y plazas silenciosas aparecen cuerpos sin vida: petrificados, reducidos a piel y hueso, como si toda su esencia hubiera sido arrancada de un solo golpe.
 
 
Entre los dientes de cada víctima, una carta amarillenta con el sello de la Orden del Temple… prueba de que el juicio había sido dictado.
 
Desde entonces, muchos evitan pasar cerca del castillo en las noches claras, y quienes se atreven a entrar y mirar sus cuadros aseguran que los cuadros parecen sonreír… esperando a su próxima presa.
 
¡Ten cuidado...!
No vayas a ser tú...
 
 
Toledo está llena de leyendas...
 
 
David Miguel Rubio
Promotor Turístico en Castilla - La Mancha
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