Come poco y cena menos, que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago.
Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lentejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda".Aquí trayo una cebolla y un poco de queso, y no sé cuántos mendrugos de pan –dijo Sancho-, pero no son manjares que pertenecen a tan valiente caballero como vuestra merced.
Hágote saber, Sancho que es honra de los caballeros andantes no comer en un mes, y, ya que coman, sea de aquello que hallaren más a mano...
“- Cualquier cosa yantaría yo –respondió don Quijote-, porque, a lo que entiendo, me haría mucho al caso.
– A dicha, acertó a ser viernes (día de abstinencia en que estaba vetada la carne) aquel día, y no había en toda la venta sino unas raciones de pescado que en Castilla llaman abadejo, y en Andalucía bacalao, y en otras partes curadillo y en otras truchuela (se trata siempre de pescado en salazón)”
El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha
(Miguel de Cervantes)
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