Cuando el entorno rural se
abandona…
Se viven tiempos difíciles en el mundo rural.
Poca rentabilidad de los servicios y escasez de
trabajo.
Negocios que se abrieron con mucha ilusión y que después se cerraron por falta de clientes, y los que todavía están abiertos… debemos de dar las gracias a los dueños, por tener ese servicio en pueblos
pequeños. Esos establecimientos deben de tratarse como un “beneficio mutuo”.
Calles desiertas, sin ruido y con sus farolas
encendidas… esperan otro nuevo amanecer, donde peregrinen sus gentes.
Pueblos llenos de tradiciones, raíces, patrimonio,
cultura y que además “desbordan” tranquilidad.
Una tranquilidad… que mucha gente necesita, como se
necesita el respirar… porque lo que de verdad merece la pena en un entorno
rural, es precisamente estar en contacto con la naturaleza, su biodiversidad,
costumbres y disfrutar cada segundo de tantas buenas sensaciones…
Pueblos que reconfortan, llenos de solidaridad… donde
uno debe volver sin lugar a dudas… quizás para recordar que hubo tiempos
mejores… porque a veces el pasado nos recuerda, momentos llenos de
felicidad…
“Tempus Fugit”… (el tiempo vuela…), esa es la realidad….
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