Historia, Vida y "Embrujo"...
Una ciudad única... de la que siempre te da pena irte...
Y de la que siempre te llena de alegría volver...
Toledo... esa ciudad "única"
Acueducto Romano
El conjunto de abastecimiento
hidráulico nacía en la presa de Alcantarilla en Mazarambroz, en el arroyo
Guajaraz. Iniciada su construcción en el siglo I, los mismos romanos ampliaron
esta presa desviando hacia la misma también el curso del arroyo de San Martín
de la Montiña, hasta alcanzar una capacidad de 3,5 millones de metros cúbicos,
es decir 3 hectómetros cúbicos y medio, que no está nada mal.
Desde esta presa comenzaba el specum o canalización a traves de los 38 kilómetros que separan Alcantarilla de Toledo. A veces enterrada, a veces elevada, la canalización iba de este modo salvando las dificultades orográficas. El punto más difícil llegaba al acercarse a Toledo, ya que las fuertes pendientes que conducen al Valle del Tajo hacían que el agua pudiera alcanzar fuertes velocidades con peligro de perder toda la carga.
Posible aspecto del Acueducto Romano
Los ingenieros romanos lo
solucionaron empleando las denominadas torres acuarias donde el agua se
almacenaba en un depósito intermedio, caía a otro al rebosar este y de nuevo,
ya sin fuerza y purificada por decantación, dicha agua era recanalizada con una
pendiente pequeña, hasta llegar a la siguiente torre acuaria si el desnivel
persistía (había 4 torres acuarias cerca de Toledo).
Estas torres acuarias
están aún en pie en el paraje de La Sisla y fueron fotografiadas ya en el siglo
XIX y comienzos del XX (cuando el vulgo las llamaba "horno del
vidrio").
¿Pudieron ser estos arcos parte del Acueducto Romano...?
Cueva de Hércules
CUEVA DE HÉRCULES
Este espacio, que se utilizó en época romana como depósito
de abastecimiento hidráulico, se encuentra en la esquina este del patio actual y se
realizó en dos fases constructivas en el periodo romano. Está cubierto
con bóveda de cañón, realizada en sillarejo.
El edificio se va deteriorando, durante un prolongado
período de la época moderna. Abandonada y cerrada al público durante el siglo
XVIII, la iglesia es demolida en 1841; conservándose de ésta parcialmente el muro de la
entrada, donde aparecen empotrados varios relieves visigodos, y en el interior
restos de la sacristía.
Convento Madre de Dios
Convento de San Pablo
Convento de San Pablo
Su origen se encuentra en un beaterio sin
votos ni clausura fundado por doña Teresa Hernández en 1370. Ésta era una dama
de la Reina Doña Juana, esposa de Enrique II, Rey de Castilla entre 1366 y
1379. Posteriormente, se hicieron monjas bajo la regla de San Jerónimo y la
advocación de la Visitación de Nuestra Señora. El sobrenombre de “La Reina” lo
recibió de las gentes del lugar por las muchas visitas de la Reina Doña Juana.
En 1836 y debido a la desamortización de Mendizábal, las monjas tuvieron que abandonar el convento, acogiéndose en el otro convento femenino de la misma Orden en Toledo: el de Jerónimas de San Pablo. Diez años después, solicitan y obtienen permiso del Gobierno para volver a su propio convento, encontrándolo muy empobrecido y habiendo perdido la Iglesia todos sus cuadros.
En él permanecieron hasta 1877, cuando se trasladaron a un antiguo palacio que había pertenecido a los condes de Montijo y que la Emperatriz de los franceses, Eugenia de Montijo, cede a las monjas. Este edificio y su portada del siglo XVII es el que vemos en la fotografía.
Réplica de la Espada de San Pablo
Según
la creencia, san Pablo, un ciudadano romano convertido al Cristianismo, fue
decapitado en tiempos de Nerón por abrazar la rebelión religiosa del que se
proclamaba “Rey de los judíos”. Su cabeza fue cercenada y la espada que le segó
la vida se convirtió en objeto de culto.
¿Qué fue de esa espada? Se
llevó a Roma donde protegida como reliquia, fue a parar a las manos de un
cardenal toledano, Gil Álvarez de Albornoz, que fue obsequiado con ella en el
siglo XIV, por defender la posición del papa Urbano V, amigo y aliado suyo.
La
espada se registra en dos lugares toledanos, el ya desaparecido convento de la
Sisla y el de las Jerónimas de san Pablo, donde lo tienen en un lugar de
exposición pública y a la cual se la venera espacialmente.
Hasta
este convento venía un jovencísimo Francisco Franco cuando era cadete de la
Academia de Infantería de Toledo, allá por el año 1907. A partir de aquí, se
mantendrá una fascinación que durará toda su vida. Pero en la Guerra Civil la
espada de san Pablo desaparecerá para no dejar huella hasta el día de hoy.
Vanos fueron los
intentos de Franco ya como jefe de Estado, en recuperar la reliquia, ya que no
se sabe si el cuchillo fue escondido, arrojado a un pozo, o vendido en el
mercado negro. ¿Paradero? Desconocido.
Lo que sí se sabe es que al día
de hoy tenemos dos réplicas, una en el Museo Nacional del Ejército (edifico Alcázar),
y otra está en el convento de san Pablo. También se encontró un dibujo en
pergamino a doble cara con todas sus características en el archivo del museo de
Santa Cruz. Por lo tanto, la reliquia nos ha dejado las suficientes pistas para
que aún al día de hoy, tengamos la esperanza de que vuelva a aparecer. Todo un
misterio plagado de obsesiones, intrigas y creencias.
Convento de San José
(Carmelitas Descalzas)
Nuestro agradecimiento a las Madres Carmelitas Descalzas, por permitirnos pasar y realizar fotografías mientras comprábamos unos recuerdos...
Sagrado Corozón
(Convento de San Pablo)
Detalles Azulejería
No hay comentarios:
Publicar un comentario