Una tarde luminosa del siglo XXI, tres viajeros muy singulares llegaron a Toledo. No eran turistas comunes. Eran un Cristiano, un Musulmán y un Judío que, siglos atrás, habían convivido en aquella ciudad en tiempos de esplendor y armonía. Habían regresado, como si el tiempo se hubiera doblado, atraídos por el murmullo de las campanas, el eco de los almuédanos y el susurro de oraciones hebreas que aún parecían flotar entre las murallas.
Vestimenta Judíos
—Aquí se guarda nuestra memoria —dijo—, pero lo hermoso es que ahora cualquier persona, sin importar su fe, puede conocerla.
El Musulmán, por su parte, se detuvo emocionado en la Mezquita del Cristo de la Luz. Pasó la mano por sus muros milenarios y recordó las oraciones que alguna vez se alzaron bajo su cúpula.
—Cada ladrillo es una plegaria que sigue viva —murmuró—. Y ahora el mundo entero la contempla como testimonio de lo que fuimos.
Vestimenta Musulmanes
—Aquí está la grandeza de nuestra ciudad, pero también la prueba de que Toledo nunca fue de uno solo, sino de todos los que la amaron.
Vestimenta Cristianos
Juntos recorrieron la Iglesia del Salvador, la Sinagoga de Santa María la Blanca, la Iglesia de Santo Tomé con el cuadro de El Greco y el Monasterio de San Juan de los Reyes. Se asombraron de cómo turistas de todos los rincones del mundo los visitaban con igual devoción, sin diferenciar culturas ni credos.
Al caer la tarde, los tres caminaron hacia un lugar apartado, donde la leyenda aún guarda silencio: la Piedra del Rey Moro, desde la cual se contempla una de las panorámicas más bellas de la Ciudad de las Tres Culturas. Allí decidieron hacer algo especial.
Cada uno escribió en un pergamino las leyendas que recordaba:
El Cristiano narró la del Señor de Orgaz, que aún vive en el lienzo inmortal de El Greco.
El Musulmán relató la historia de la Cueva de Hércules, donde se esconden arcanos secretos de reyes y sabios.
El Judío evocó la leyenda de la Casa del Judío, donde se dice que aún resuenan las voces de antiguos cantores.
El Cristiano narró la del Señor de Orgaz, que aún vive en el lienzo inmortal de El Greco.
El Musulmán relató la historia de la Cueva de Hércules, donde se esconden arcanos secretos de reyes y sabios.
El Judío evocó la leyenda de la Casa del Judío, donde se dice que aún resuenan las voces de antiguos cantores.
Reunieron sus escritos en un cofre y lo enterraron junto a la piedra.
—Que quede aquí —dijeron al unísono—, como testimonio de que Toledo no es solo piedra y arte, sino memoria compartida.
—Que quede aquí —dijeron al unísono—, como testimonio de que Toledo no es solo piedra y arte, sino memoria compartida.
Mientras el sol se ocultaba tras el Tajo y la ciudad brillaba dorada como en un sueño, los tres se miraron y sonrieron. Sabían que Toledo seguiría siendo, por siempre, la Ciudad de las Tres Culturas.
Pero... no todas las leyendas no son verdad...
La Leyenda del Cofre de las Tres Culturas
Cuentan los viejos toledanos que, al caer la tarde, cuando el sol incendia de oro las aguas del Tajo, tres sombras se reúnen en silencio junto a la Piedra del Rey Moro. Nadie sabe de dónde vienen, pero quienes las han visto aseguran que se trata de un Cristiano, un Musulmán y un Judío que vivieron en Toledo en los tiempos en que la ciudad era faro de sabiduría y concordia.
Dicen que esos tres hombres regresaron una noche para dejar un cofre oculto bajo la piedra. En él guardaron los secretos que solo ellos conocían: las leyendas verdaderas de la ciudad, las que no aparecen en los libros y que solo se transmiten de boca en boca bajo la luz temblorosa de un candil.
El cofre, dicen, no está hecho de hierro ni de madera, sino de un material imposible de corromper, forjado con letras, plegarias y sueños. Solo se abrirá cuando las tres culturas vuelvan a encontrarse en perfecta armonía, como en los días de la antigua Toledo.
Y quien logre hallarlo, aseguran, podrá escuchar en su interior las voces de sabios, poetas y traductores que, desde la eternidad, siguen susurrando los secretos de la Ciudad de las Tres Culturas.
Las influencias árabes en la arquitectura toledana
La Mezquita del Cristo de la Luz. ...
Puerta De Alcántara. ...
Iglesia De El Salvador. ...
Alcázar de Toledo. ...
Mezquita de las Tornerías. ...
Baños de Tenerías. ...
Puerta de Valmardón.
Judería de Toledo
Puerta del Cambrón, entrada a la judería de Toledo.
Puente de San Martín.
Plaza San Juan de los Reyes.
Monasterio de San Juan de los Reyes.
Escuela de Artes y Oficios.
Sinagoga del Sofer.
Sinagoga de Santa María la Blanca.
Sinagoga del Tránsito y Museo Sefardí
Edificios de origen y estilo cristianos
Catedral Primada,
La Iglesia de Santo Tomé (con el cuadro del Greco),
Monasterio de San Juan de los Reyes
Hospital de Santa Cruz
La Iglesia de San Ildefonso (Jesuitas).
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