Talaveranas (Traje de Alfarera de Gala) - Talavera de la Reina (Toledo)
Este traje fue diseñado en 1929 por Ruiz de Luna con motivo de los espectáculos organizados en la Exposición Universal de Barcelona y la Exposición Iberoamericana de Sevilla.
Los colores son el azul y blanco dominantes en la cerámica talaverana y el amarillo típico de sus cenefas renacentistas, aunque algunos se hacen exclusivamente en azul y blanco, colores que también se justifican por ser los de la bandera talaverana.
La cabeza va cubierta por pañoleta blanca con la cenefa de roleos renacentistas habitual en la decoración de nuestra alfarería. La camisa es blanca con el cuello abierto, o cerrado con pasacintas y cinta azul, y va decorada con bordados o puntillas. Las mangas también pueden llevar las cintas y las puntillas.
El corpiño es azul, abierto o cerrado con cordón
El mandil está también pintado en sus bordes laterales e inferior con cenefa renacentista en amarillo, azul y blanco, desarrollando los típicos motivos vegetales y algún grutesco, En el centro lleva dibujado el escudo de la ciudad con la torre y los dos toros.
La falda lleva vuelo considerable y es también blanca con ancha cenefa renacentista a unos quince centímetros del borde.
Las medias blancas son caladas de ganchillo. El zapato es azul Talavera con lazo azul o blanco decorado con cenefa renacentista.
Los motivos originalmente eran pintados, aunque hoy día ya se fabrican cintas de tela con la cenefa estampada.
🌿 El traje de alfarera
Bajo un cielo de esmalte y memoria,
Talavera se viste de canción,
y en sus calles de barro y de historia
late azul el pulso del corazón.
Blanca pañoleta ciñe la frente,
con roleos del viejo Renacer,
como un susurro antiguo y persistente
que la alfarería vuelve a encender.
La camisa, de luz y de encaje,
abre el cuello al aire del Tajo fiel,
y en sus mangas bordadas viaja
el rumor del torno y el pincel.
Azul es el corpiño, hondo y sereno,
como el fondo de un plato ancestral;
ciñe el talle el cordón, y en su seno
guarda siglos de oficio y de sal.
El mandil, pintado como un retablo,
lleva en oro y en azul su razón:
cenefas que florecen en el barro
y en su centro, Talavera en blasón:
la torre en vigilia eterna,
los toros guardando el ayer,
piedra y tierra, fuego y alfarera,
unidas por un mismo querer.
La falda, de vuelo generoso,
blanca como la cal recién dada,
luce al borde un sueño frondoso
de cenefa noble y enamorada.
Medias caladas de hilo paciente,
zapato azul, lazo y primor,
cada paso dibuja, lentamente,
la danza del barro y del color.
Y aunque hoy la tela imite al pincel,
vive intacta la vieja emoción:
Talavera se mira en su piel
y se nombra en azul y en canción.
Porque no es traje: es herencia viva,
es barro hecho gala y querer;
es la ciudad que aún se cultiva
en manos de mujer.
Hechizo del Tajo y de tu Mirada
Qué tendrás, mujer Talavera,
que tanto embrujas a los hombres
de toda la Comarca…
Será el rumor del Tajo al pasar,
aprendiendo tu nombre en silencio,
o el barro noble que guardan tus manos
cuando modelas el tiempo y la memoria.
Será tu risa clara en las plazas,
tu paso lento entre azulejos antiguos,
la forma en que miras, sin prometer nada,
y aun así lo dices todo.
Talavera no se pisa: se siente,
no se mira: se sueña.
Y tú, mujer de sus calles y sus lunas,
eres el hechizo que nadie olvida
y del que nadie quiere escapar.
Traje Talaverano de blancos y azules,
hecho de historia, de esmero y de alma.
En cada hilo late la tradición,
y en cada bordado, Talavera entera.
Cautivadora es la mujer que lo viste,
porque no solo lo lleva: lo honra.
Y desde el cielo, Juan Ruiz de Luna, su creador,
lo contempla orgulloso,
sabiendo que su legado sigue vivo.

%20(5).jpg)

%20(7).jpg)

%20(6).jpg)
%20(1).jpg)


%20(6).jpg)








No hay comentarios:
Publicar un comentario